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Día litúrgico: Viernes IV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 6,14-29): En aquel tiempo, se había hecho notorio el
nombre de Jesús y llegó esto a noticia del rey Herodes. Algunos decían: «Juan el
Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas
milagrosas». Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás
profetas». Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha
resucitado». Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había
encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con
quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está
permitido tener la mujer de tu hermano ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
El hombre es "alma que se expresa en el cuerpo" y "cuerpo vivificado por
un espíritu inmortal"
Hoy, la mezcla de superstición (espiritual) y frivolidad (corporal) de Herodes acaban
con la vida del Bautista, portavoz de la verdad sobre el matrimonio. La correcta
relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia del ser humano:
¿qué es el hombre? Y esta pregunta lleva a la cuestión: ¿quién es Dios?
La "Biblia" responde que el hombre es creado a imagen de Dios, y Dios mismo es
amor. Por tanto, el hombre es semejante a Dios en la medida en que ama. De ahí
deriva la conexión indisoluble entre espíritu y cuerpo: el hombre es "alma que se
expresa en el cuerpo" y "cuerpo vivificado por un espíritu inmortal". Es decir, el
cuerpo del hombre y de la mujer tiene un "carácter teológico". Consecuentemente,
la sexualidad humana no es un "añadido", sino que pertenece al "ser persona":
tiene pleno sentido no como "algo" de la persona, sino como expresión del ser
personal.
—En esa "totalidad del hombre" la libertad del "sí" debe significar "siempre".
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