IV Domingo de Cuaresma, Ciclo B
MARÍA, LA FIGURA DE ADVIENTO
La Palabra de Dios: “El Seor está contigo”; “aquí está la pobre del Seor”
(evangelio, Lc 1, 26-38).
1. Ya en vísperas de Navidad, la liturgia propone a María como figura del adviento.
Modelo para disponernos a recibir la llegada (eso quiere decir en latín la palabra
“adviento”) o la manifestacin de Dios en nuestras vidas y en nuestra sociedad
cubana. “El Seor está contigo”, es la forma de saludo en la Biblia cuando alguien
es elegido para una misión especial; María es elegida y esa elección trae consigo el
favor de Dios: “llena de gracia”. Cada ser humano es originado continuamente por
Dios, todos somos sustentados por su mirada y, como dice Juan de la Cruz, el mirar
de Dios es amar. En un antiguo ritual, los que se preparaban para recibir el
bautismo se llamaban “elegidos”.
Dios tiene siempre la iniciativa y no le buscaríamos si antes no se hubiera hecho
presente y activo a favor nuestro. La Navidad, la salvación, la liberación para
nuestro pueblo cubano, sólo puede llegar en la medida en que tomemos conciencia
de que todos estamos fundamentados en un Amor que nunca falla. Tenemos que ir
creando, por tanto, una convivencia social fraterna.
2. “La pobre del Seor”. Hay dos clases de pobreza. Una que Dios no quiere:
carencia de lo necesario para llevar una vida humana con dignidad; hay que
erradicar esa pobreza. Otra que se refiere a la persona que, consciente de que
todos somos hermanos, se dispone a compartir cuanto es y cuanto tiene con los
demás. Es una pobreza voluntaria pues se ha entendido que lo auténtico, lo que
verdaderamente humaniza, es amar y compartir. Esta es la pobreza o libertad de
falsos absolutos, es lo que Dios quiere y lo que realmente nos hace más humanos.
María de Nazareth es un ejemplo vivo. Percibió en su corazón que Dios como padre
y madre de todos, quiere la vida para todos. Y así se puso a total disposición de ese
proyecto manifestado y realizado en Jesucristo.
3. En Cuba la advocacin que damos a la Virgen no es “de la esperanza”, sino “de
la caridad”. Sencillamente, porque slo el amor es digno de fe y capaz de abrir
futuro. La Virgen de la Caridad es un signo para todos los cubanos y –lógicamente
también y de modo especial– para los cristianos. La Iglesia debe ser expresión de la
misericordia: mujeres y hombres que comparten cuanto son y cuanto tienen;
comunidad sensible a la voz de las víctimas y comprometida en la construcción de
una sociedad más justa. Es la única forma de abrir porvenir e ir generando
esperanza. Me contaron el ejemplo de un obispo cubano que a la hora del almuerzo
se sentaba con los pobres que llegaban y compartía con ellos lo que había. Un
gesto significativo que orienta para celebrar bien la Navidad.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net