Dar un sentido a la enfermedad.
2012-02-05
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de
Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le
avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese
momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del
demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de
diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios
hablaran, porque sabían quién era Él.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, y salió y se
fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a
buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos
a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he
venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los
demonios. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Yo también te estoy buscando Señor. Te amo y confío en Ti porque sé que lo único
que quieres es que sea feliz, aquí, ahora… y en la eternidad. Ven Espíritu Santo, Tú
eres «la fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción».
Petición
Señor, ayúdame a salir de mi pasividad para ver, y hacer algo, por ayudar las
necesidades de los demás.
Meditación
Dar un sentido a la enfermedad.
«Aquí podemos ver toda la importancia de la pastoral de los enfermos, cuyo valor
es verdaderamente incalculable por el bien inmenso que hace, en primer lugar al
enfermo y al sacerdote mismo, pero también a los familiares, a los conocidos, a la
comunidad y, por caminos desconocidos y misteriosos, a toda la Iglesia y al mundo.
En efecto, cuando la Palabra de Dios habla de curación, de salvación, de salud del
enfermo, entiende estos conceptos en sentido integral, sin separar nunca alma y
cuerpo: un enfermo curado por la oración de Cristo, mediante la Iglesia, es una
alegría en la tierra y en el cielo, es una primicia de vida eterna. Queridos amigos,
como escribí en la encíclica Spe salvi , "la grandeza de la humanidad está
determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre.
Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad". Al instituir un
dicasterio dedicado a la pastoral sanitaria, la Santa Sede quiso ofrecer su propia
contribución también para promover un mundo más capaz de acoger y atender a
los enfermos como personas. De hecho, quiso ayudarles a vivir la experiencia de la
enfermedad de manera humana, no renegando de ella, sino dándole un sentido»
(Benedicto XVI, 11 de febrero de 2010).
Reflexión apostólica
«Los familiares de los ancianos o enfermos procuren tratarlos con paciencia,
bondad y comprensión. Bríndenles atención y aprecio. No permitan que se
consideren como una carga insoportable o seres inútiles. Atiéndanles lo mejor
posible y no omitan esfuerzo para que se sientan acogidos, amados y tenidos en
cuenta» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 294).
Propósito
Privarme voluntariamente de algo lícito para ofrecerlo a Dios por los enfermos
abandonados.
Diálogo con Cristo
Convénceme, Jesús, de que sólo puedo realizar mi vocación en el amor, en la
donación generosa a los demás. Permite que sepa dar un buen uso a mi tiempo,
ayúdame a comprometerme a fondo con mi apostolado para que sea grande,
generoso, abnegado. Que en mi oración nunca olvide pedir por aquellos que
padecen una enfermedad, del alma o del cuerpo, y que esté siempre atento para
socorrer a los demás en sus necesidades, grandes o pequeñas.
«Pide mucha luz y fortaleza al Espíritu Santo. La tarea del formador es una
responsabilidad que trae consigo muchas satisfacciones y mucho sufrimiento»
( Cristo al centro, n. 1186).