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Día litúrgico: Martes V del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 7,1-13): En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús
los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y () le preguntan:
«¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino
que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que
son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición
de los hombres ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús, el intérprete profético de la "Ley de Moisés"
Hoy Jesucristo denuncia a escribas y fariseos por aferrarse sin discernimiento a las
"tradiciones de los antepasados". Jesús no es un rebelde ni un liberal, sino el
intérprete profético de la Ley de Moisés: no la suprime, sino que le da
cumplimiento, exigiendo una razonada responsabilidad moral (porque las leyes no
son buenas por ser, simplemente, tradición). Isaías y otros profetas ya habían
formulado la misma denuncia.
En el interior de la "Torá" distinguimos: 1) un "derecho casuístico", adecuado para
el Israel histórico, pero susceptible de cambio; 2) los "principios esenciales" del
derecho divino mismo, con los que las normas prácticas —de Israel y de todos los
pueblos— deben confrontarse, desarrollarse y corregirse. Jesús no hace nada raro
cuando contrapone las normas casuísticas prácticas desarrolladas en la "Torá" a la
pura voluntad de Dios como la "mayor justicia" que cabe esperar de los hijos de
Dios.
—Jesús, como el "Elegido", como el profeta que está con Dios mismo "cara a cara",
pide el cumplimiento más pleno de la "Torá".
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