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Día litúrgico: Jueves V del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 7,24-30): En aquel tiempo, Jesús () se fue a la región de
Tiro, y (), habiendo oído hablar de Él una mujer, cuya hija estaba poseída de un
espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de
nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. Él le decía: «Espera que
primero se sacien los hijos ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del
Vaticano, Vaticano)
Israel, primer portador de la salvación destinada a todos los pueblos
H oy palpamos el amor de predilección de Dios por el pueblo elegido ("los hijos"), si bien el
Hijo de Dios se encarnó para la salvación de todos los pueblos (representados simbólicamente en
la mujer "sirofenicia"). Jesús se dirige a su pueblo, a Israel, como "primer portador" de la
promesa. Pero al entregarle la "nueva Ley" amplía su pueblo para que, tanto de Israel como de
los demás pueblos, pueda nacer una nueva gran familia de Dios.
Un aspecto fundamental de "lo nuevo" en Cristo es la universalización del pueblo de Dios, en
virtud de la cual Israel puede abarcar ahora a todos los pueblos del mundo, y el Dios de Israel ha
sido llevado realmente —según las promesas— a todos los pueblos y se manifiesta como el
único Dios.
—Ya no es decisiva la "carne" —la descendencia física de Abraham—, sino el "espíritu",
participando en la herencia de fe de Israel mediante la comunión con Jesucristo, el cual
"espiritualiza" la Ley convirtiéndola, así, en camino abierto a todos.
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