Master·evangeli.net
Día litúrgico: Domingo VI (B) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 1,40-45): En aquel tiempo, se acerca a Jesús un
leproso suplicándole, y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y
al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio (…). Él, así que se fue, se puso a
pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
El sacramento de la Penitencia
Hoy, el evangelista narra una curación muy singular. Según la antigua Ley judía, la
lepra no sólo era considerada una enfermedad, sino la más grave forma de
"impureza" ritual. Correspondía a los sacerdotes diagnosticarla y declarar impuro al
enfermo, el cual debía ser alejado de la comunidad. Por eso, la lepra era como una
muerte religiosa y civil, y su curación una suerte de resurrección.
En la lepra se puede vislumbrar un símbolo del pecado, que es la verdadera
impureza del corazón, capaz de alejarnos de Dios, que, si no se confiesa
humildemente, confiando en la misericordia divina, llega incluso a producir la
muerte del alma. Jesús en su pasión llegó a ser como un "leproso", hecho impuro
por nuestros pecados, para obtenernos el perdón y la salvación.
—En el sacramento de la Penitencia, Cristo crucificado y resucitado, mediante sus
ministros, nos purifica con su misericordia infinita, nos restituye la comunión con el
Padre celestial y con los hermanos, y nos da su amor, su alegría y su paz.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org