Comentario al evangelio del Sábado 18 de Febrero del 2012
Queridos amigos y amigas:
En el camino de la vida, hay momentos de oscuridad y tiempos de luz.
En el camino del seguimiento de Jesús, hay momentos de confusión y tiempos de ser confortado.
Hoy la Palabra nos habla de un momento de luz de los discípulos. A partir de su camino con el
Maestro, desde la luz de la Pascua, los más cercanos descubren su verdadera identidad: Jesús es el
Profeta, que siguiendo la tradición de Moisés y Elías, viene a traer la Palabra definitiva del Padre.
Jesús es el Hijo amado de Dios, en quien el Padre nos la ha dado todo. Él es el Camino que nos lleva a
Dios, la Verdad más auténtica sobre la existencia y el mundo, la Vida que nos abre horizontes
insospechados, que se prolongan incluso más allá de la muerte. El Agua que sacia toda sed. La Luz que
ilumina toda oscuridad. El Pan que alimenta en todo cansancio. La Palabra que da sentido… incluso a la
cruz.
Al contemplarle, todo cobra un nuevo sentido. A veces, nos gustaría quedarnos ahí, haciendo tres
tiendas… Aunque, como a Pedro, también a nosotros nos invita a bajar de la montaña, al valle donde
está la vida de cada día, para vivir desde esa luz y con ese horizonte que hemos recibido de su Persona.
En medio de tus luces y tus sombras, en la mitad del camino de tu vida, también Jesús quiere mostrar
su ser Hijo y Hermano para, mostrándote la meta, hacer más fácil el recorrido. Que tú también puedas
experimentar, como aquellos primeros discípulos, la fuerza que da saberse amado y enviado.
Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez, claretiano (luismanuel@claretianos.es)
Luis Manuel Suarez, cmf