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VI Domingo del Tiempo Ordinario (Año Par)
Jueves
Mc 8, 27-33
“¿Quién dice la gente que soy yo?” (Lc
9, 18). Jesús planteó un día esta pregunta a los discípulos que iban de
camino con él. Y a los cristianos que avanzan por los caminos de nuestro
tiempo
les hace también esa pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Como sucedió hace dos mil años en un lugar apartado del mundo conocido de
entonces,
también hoy con respecto a Jesús hay diversidad de opiniones. Algunos le
atribuyen el título de profeta. Otros lo consideran una personalidad
extraordinaria, un ídolo que atrae a la gente. Y otros incluso lo creen capaz
de iniciar una nueva era.
Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?” (Lc 9, 20). Esta pregunta exige una
opción
de campo y compromete a todos. También hoy Cristo pregunta a nosotros,
católicos aquí presentes, ¿quién soy yo para ustedes?
Esta segunda pregunta brota del corazón mismo de Jesús. Quien abre su
corazón quiere
que la persona que tiene delante no responda sólo con la mente. La pregunta
procedente del corazón de Jesús debe tocar nuestro corazón. ¿Quién soy yo
para ti? ¿Qué represento yo
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para ti? ¿Me conoces de verdad? ¿Eres
mi testigo? ¿Me amas?
Nuestra respuesta no se puede quedar en la superficialidad, es necesario
entrar en una
relación personal con Él para conocerlo, amarlo e imitarlo realmente. Y esto
exige el conocimiento del Evangelio, de la intimidad con él en la oración, en
la vivencia de los sacramentos y de la Eucaristía…
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)