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Día litúrgico: Sábado VI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 9,2-13): En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro,
Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró
delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes (…). Entonces se
formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este
es mi Hijo amado, escuchadle». Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo con ellos. Y cuando bajaban del monte les ordenó que a
nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de
entre los muertos (…).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La Transfiguración: el misterio de Jesús como "Luz de Luz"
Hoy, después de la confesión de Pedro, el evangelista Marcos (como también Mateo
y Lucas) relata la escena de la Transfiguración. ¡Eso no es casual! En el conjunto
del acontecimiento, mientras el Padre "acredita" al Hijo, sobresale la conexión —
antes rechazada por Pedro— entre cruz y gloria: la cruz es la exaltación de Jesús y
su exaltación no tiene lugar más que en la cruz.
Además, la Transfiguración aparece como un acontecimiento de oración: en la
conversación de Jesús con el Padre percibimos la íntima compenetración de su "ser
con Dios", que se convierte en luz pura. En su "ser uno con el Padre", Jesús mismo
es "Luz de Luz". En ese momento se percibe también por los sentidos lo que es
Jesús en lo más íntimo de sí, lo que Pedro intuía en su confesión: su propio "ser
luz" como Hijo.
—María, concédenos el don de abrir los ojos del corazón al misterio de la luz de
Dios y experimentar la alegría de los hijos de la luz.
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