Mirarán a quien despojaron
La autoestima es signo de aceptación, conquista, proyección y gozosa
realización. Muchos sectores populares tienen baja su autoestima. Les han
violado el alma, los han despojado de su riqueza interior, están heridos y su
dolor se traduce en su mirada. Sus hombros llevan un peso que no
responde a sus fuerzas. Son el Pueblo crucificado.
Jesús en el evangelio asume todas las causas perdidas y toma partido por
aquellos que llevan sus despojos a cuestas. En la Cruz se funden todas las
derrotas. Pero, Jesús, al ser elevado en lo más alto, glorifica también el
sufrimiento y lo transforma en causa de redención como signo del amor
más grande que Dios puede tener por nosotros. “Tanto amó Dios al mundo
que nos dio a su Hijo…”.
El pueblo de Israel, camino del destierro, proyecta en premonición profética,
la continuación histórica del sirvo de Yahvé al que el pecado del mundo
sigue quitándole su figura humana. Y descubren a costa de su mismo dolor,
la sanación en la Cruz de Jesús, convirtiéndose Ellos mismos, en “luz” y
“salvación”. Su entrega, su donación oferente, su esperanza, su martirio
puede salvarnos. “Mirarán a quienes despojaron”.
Pablo, Efesios 2, 10, tiene esta expresión maravillosa: “Somos hechura de
Dios, creados en Cristo Jesús para realizar las obras que Él quiere que
hagamos”. Nuestra medida es Cristo: Su amor, su Cruz, su amistad. Más
aún, Él rompe todos nuestros esquemas, todas nuestras mezquindades y
nos abre el camino, Él mismo es el camino, para ser protagonistas de su
Reino, aportando a la nueva humanidad.
Cochabamba 18.03.12
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com