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Día litúrgico: Sábado II de Cuaresma
Texto del Evangelio ( Lc 15,1-3.11-32): En aquel tiempo, viendo que todos los
publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, los fariseos y los
escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos».
Entonces les dijo esta parábola. «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos
dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde’. Y él les
repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a
un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando
hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a
pasar necesidad ().
Y entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi
padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado
hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. Y, levantándose, partió hacia su
padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su
cuello y le besó efusivamente ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La cristología implícita en la "Parábola del hijo pródigo"
Hoy leemos, quizás, la más bella de las parábolas de Jesús. Tiene tres
protagonistas: los dos hermanos (el hijo "pródigo" y el que se quedó en casa) y el
padre bueno. Jesucristo, realmente, en aquel momento se encontraba ante dos
"hermanos": publicanos y pecadores, por un lado; fariseos y letrados, por otro. Con
sus palabras, Jesús justificaba su bondad y su acogida para con los pecadores.
Más aún: Jesucristo identifica su bondad hacia los pecadores con la bondad del
padre de la parábola. Con su actitud, Jesús se convierte en revelación viviente de
quien Él llamaba su "Padre". ¿Cómo ha mostrado Dios su amor misericordioso por
los pecadores? Haciendo morir a Cristo por nosotros "cuando todavía éramos
pecadores" (Rom 5,8). Jesús no aparece explícitamente en el marco narrativo de su
parábola porque vive identificándose con el Padre celestial, recalcando la actitud del
Padre en la suya propia.
—Jesús, a través de la figura del Padre, te veo en el centro de esta parábola como
la realización concreta del obrar paterno.
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