“Respetarán a mi hijo”.
Mt 21, 33-46
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. "ESCUCHEN OTRA PARÁBOLA”
Jesús, nuevamente no habla a través de una parábola, esta es toda una alegoría, con un
carácter muy didáctico y moralizante.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchen otra parábola”,
luego mas adelante dice el evangelio, “Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas
parábolas, comprendieron que se refería a ellos”. “Un hombre poseía una tierra y allí plantó
una via”. La descripcin de la via es costumbrista, era algo común en Galilea, que ciertos
dueños arrendasen sus tierras y ellos se marchasen a vivir a tierras lejanas.
Esta parábola, el dueño de la viña es Dios, la viña es Israel, así es como una de las
expresiones más características para simbolizar a Israel desde Isaías, era la viña. En el
templo herodiano de Jerusalén, una gran vid de oro macizo y de proporciones colosales,
colocada encima de la entrada del santuario, significaba a Israel. Los elementos
descriptivos de la viña no tienen valor independiente: es sólo el cuadro y el esmero con que
Dios la puso. Los viñadores a quienes se arrienda es Israel, destacándose a los dirigentes
espirituales, que son los principales “cultivadores” espirituales de la misma. Los siervos que
envían a su viña para recoger los frutos de aquella etapa y acelerar la fructificación de esta
viña son los profetas. Basta recordar a Elías injuriado por Jezabel; Isaías, según la tradición
judía, fue aserrado; Jeremías, lapidado en Egipto; Miqueas, aprisionado por Acab; Zacarías,
apedreado por orden del rey Joás; el Bautista, decapitado por orden de Antipas; Jesucristo
y los apóstoles, perseguidos y martirizados.
2. “RESPETARÁN A MI HIJO”.
El dueño que, después de arrendar la viña, marchó a otro país por mucho tiempo, como se
trata de Dios, es una ficción literaria para dar lugar al desarrollo histórico de la alegoría. Los
viñadores maltratadores y homicidas es la conducta de Israel con los profetas y enviados de
Dios para ver el estado de Israel en que aparecen y fructificarlo en santidad: que diese fruto.
El fruto que van a buscar y alentar es el progresivo fructificación religioso y moral de Israel
para irse así preparando a recibir al Mesías. La actitud del dueño que envía,
sucesivamente, nuevos mensajeros para ver el rendimiento de su viña es la paciencia de
Dios, atenta al desenvolvimiento del plan de su providencia. La conducta deliberativa del
dueo en enviar a su “hijo” está expresada antropomrficamente, es decir por la tendencia a
atribuir rasgos y cualidades humanas a las divinidades. Es una forma de reconocer que es
el “heredero” de la via, es decir, de las promesas mesiánicas. Su hijo se lo envía “por
último”. Se indica veladamente, máxime a la hora de la redacción, que, si es Hijo, es de la
misma naturaleza divina de su Padre.
Dice el Evangelio: “Finalmente, les envi a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo".
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Éste es el heredero: vamos a matarlo para
quedarnos con su herencia". Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo
mataron.”
3. POR ESO LES DIGO QUE EL REINO DE DIOS LES SERÁ QUITADO A
USTEDES
Los viñadores, las autoridades judías y la parte del pueblo seducido acuerdan matarlo. Es el
propsito de su muerte. “Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la via y lo mataron.”
Se refiere aquí a Jerusalén. Cristo “padeci” su muerte fuera de la puerta de la ciudad. El
Calvario, en los días de Cristo, estaba fuera de los muros de Jerusalén, ya que este muro
fue edificado por Agripa I.
El castigo que se anuncia a los viadores, al Israel de esta época histrica, es doble: “Por
eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un
pueblo que le hará producir sus frutos". Este anuncio profético de Cristo tuvo un
cumplimiento histórico trágico: castigo a Palestina por Vespasiano, que culminó con la
destrucción de Jerusalén el año 70 por Tito. El Israel étnico terminó como transmisor de la
revelación y de las promesas mesiánicas y pas al “Israel de Dios” (Gal 6:16), la Iglesia.
Dios el propietario, la viña el pueblo elegido de Israel, los siervos los profetas, el hijo el
mismo Jesús, muerto fuera de las murallas de Jerusalén, los viñadores los homicidas, los
judíos los infieles y a quienes se les confiara la viña, el nuevo pueblo que le hará producir
sus frutos. Los frutos que exige el Señor en esta nueva viña, son las buenas obras, la
justicia, el amor al prójimo, la caridad y el camino hacia la santidad de la vida.
Dios, dueño de la viña, cuido a su Pueblo Israel, hoy cuida a su pueblo cristiano con gran
cariño y solicitud.
El Señor les Bendiga