Comentario al evangelio del Jueves 15 de Marzo del 2012
En mi comunidad bromeamos cuando un hermano, al que apreciamos, nos anuncia su visita: “fulano
no viene a vernos, viene a hablarnos”. En otra hacen bromas en este tiempo de cuaresma: “nosotros
comemos y cenamos en silencio; sólo se oye hablar a fulano”.
Todos tenemos algún defecto que no vemos. Los demás lo perciben con facilidad, pero a nosotros nos
cuesta más. Hay gente que habla y habla sin darse cuenta. En la relación con el Señor puede pasarnos
lo mismo. La oración es diálogo, encuentro, conversación, pero precisamente por eso tiene un fuerte
componente de escucha.
A quienes oramos con la Liturgia de las Horas se nos permite abrir muchos días de cuaresma
recordando esta invitación del salmo 94 que hoy proclamamos en la eucaristía: “Ojalá escuchéis hoy la
voz del Señor, no endurezcáis el corazón”. La cuaresma es tiempo de muchas cosas (de oración, de
ayuno, de limosna), pero sobre todo de escucha y amor. ¡Qué mal suena la expresión de la primera
lectura de hoy: “aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor”! ¡Qué distinta de la del salmo 23:
“este es el grupo que busca al Señor”!
Pongámonos en camino. Ayudémonos a escuchar la voz del Señor. Dejemos que Él mismo nos dé el
corazón y el espíritu nuevos que tanto pedimos estos días.
Pedro Belderrain, cmf