La ley se cumple plenamente en Jesús.
(2012-03-14)
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No crean que he venido a abolir la
ley o a los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro
que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más
pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los
hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los
enseñe, será grande en el Reino de los cielos». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, quiero cumplir y enseñar tu preceptos a los demás. Abre mi mente y mi
corazón para que sepa guardar el silencio que me permita escucharte en mi interior
para saber cuál es el mejor camino que debo seguir para que mi deseo sea una
realidad.
Petición
Creo en Ti, espero y confío en tu Palabra y bondad y, sobre todo, te amo, ¡ven,
Señor Jesús!
Meditación
La ley se cumple plenamente en Jesús.
«Por tanto, el Decálogo quiere ser una confirmación de la libertad conquistada. En
efecto, los mandamientos, si se analizan en profundidad, son el instrumento que el
Señor nos da para defender nuestra libertad tanto de los condicionamientos
internos de las pasiones como de los abusos externos de los maliciosos. Los "no" de
los mandamientos son otros tantos "sí" al crecimiento de una libertad auténtica.
Conviene subrayar también una segunda dimensión del Decálogo: con la Ley dada
por medio de Moisés el Señor revela que quiere establecer con Israel una alianza.
Por consiguiente, la Ley, más que una imposición, es un don. Más que mandar lo
que el hombre debe hacer, quiere manifestar a todos la elección de Dios: él está de
parte del pueblo elegido; lo liberó de la esclavitud y lo rodeó con su bondad
misericordiosa. El Decálogo es testimonio de un amor de predilección» (Benedicto
XVI, 19 de marzo de 2006).
Reflexión apostólica
«El único modo auténtico de amar a Cristo es cumplir sus mandamientos;
particularmente su mandamiento por excelencia: «Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis
también vosotros los unos a los otros». Vivir el amor es descubrir y servir a Cristo
en los demás. Vivir el amor es donarse cristianamente a los demás» (Manual del
miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 36).
Propósito
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la Iglesia.
Diálogo con Cristo
Jesús, hoy no está de moda hablar de mandamientos, por lo que parece difícil
cumplir la exhortación para esta Cuaresma, de tu Vicario el Papa, que nos recuerda
la responsabilidad de la corrección fraterna. Qué fácil me lleva el respeto humano a
dejar pasar tantas oportunidades que pones en mi camino… por eso hoy,
humildemente, te suplico me des la prudencia y la caridad para saber decir lo que
Tú me inspires, para que otros conozcan, comprendan y vivan el más importante
mandamiento, el del amor.
«Este respeto humano mengua el amor a Jesucristo porque hace al hombre cobarde
para practicar lo que la conciencia y el deber le dictan»
( Cristo al centro , n. 195).