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Día litúrgico: Viernes V de Cuaresma
Texto del Evangelio ( Jn 10,31-42): En aquel tiempo, los judíos trajeron otra vez
piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del
Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le
respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino
por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios ().
Muchos fueron donde Él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que
dijo Juan de éste, era verdad». Y muchos allí creyeron en Él.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
"Yo soy Hijo de Dios". Primeras reacciones en Jerusalén
Hoy, a las puertas de la Semana Santa, Juan nos sumerge en el ambiente pre-
pascual. En un primer momento, la aparición de Jesús y del movimiento que se
estaba formando en torno a Él había despertado escaso interés en las autoridades
del Templo.
La situación cambió con el Domingo de Ramos: el homenaje mesiánico a Jesucristo
durante su entrada en Jerusalén; la purificación del Templo con las palabras que
interpretaban este gesto, que parecían anunciar el fin del Templo como tal y un
cambio radical del culto; las intervenciones de Jesús en el Templo, en las que se
podía percibir una reivindicación de plena autoridad; los milagros que hacía y la
creciente afluencia del pueblo hacia Él eran hechos que ya no se podían ignorar.
—Juan habla con más detalle de una reunión del Sanedrín —antes del Domingo de
Ramos— para deliberar sobre el "caso" de Jesús (cf. 11,47-53). El motivo inmediato
fue el movimiento popular surgido después de la resurrección de Lázaro. ¡Jesús,
confieso que eres Dios!
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