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Día litúrgico: Lunes Santo
Texto del Evangelio ( Jn 12,1-11): Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a
Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.
Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la
mesa.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los
pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.
Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué
no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los
pobres?. () Jesús dijo: Déjala ().
Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona,
España)
El culto a Dios
Hoy, Jesucristo está cenando en casa de sus amigos Marta, María y Lázaro, en
Betania, cerca de Jerusalén. Jesús, el Hijo de Dios, es, al mismo tiempo, hombre de
verdad: necesita estar con sus amigos los hombres y espera que le amemos. Poco
antes había resucitado a Lázaro. Ahora vemos a María —su hermana— perfumando
los pies del Señor. Él acepta y defiende esta muestra de cariño.
Dios es Amor. Él sólo desea nuestro bien. Nosotros somos felices cuando
descubrimos que Dios nos ama. El hombre es hombre cuando da culto a Dios, es
decir, cuando le habla y le escucha, cuando reconoce que Él es grande y le acepta
como su Creador. Los animales irracionales jamás podrán hacer eso.
—Dios mío, me pongo de rodillas ante ti, porque Tú eres mi Señor. Sin ti yo no
sería nada. No quiero vivir sin ti. Santa María, no permitas que me aleje por nada
de tu Hijo divino.
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