EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la Octava de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 4,13-21.
Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y
Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron
que eran los que habían acompañado a Jesús,
pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido curado estaba de
pie, al lado de ellos.
Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar,
diciendo: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han
realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de
Jerusalén.
A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos,
para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre".
Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o
enseñaran en el nombre de Jesús.
Pedro y Juan les respondieron: "Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les
obedezcamos a ustedes antes que a Dios.
Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído".
Después de amenazarlos nuevamente, los dejaron en libertad, ya que no sabían
cómo castigarlos, por temor al pueblo que alababa a Dios al ver lo que había
sucedido.
Salmo 118(117),1.14-15.16ab-18.19-21.
¡Aleluya!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
El Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Un grito de alegría y de victoria
resuena en las carpas de los justos:
"La mano del Señor hace proezas,
la mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas".
No, no moriré: viviré
para publicar lo que hizo el Señor.
El Señor me castigó duramente,
pero no me entregó a la muerte.
"Abran las puertas de la justicia
y entraré para dar gracias al Señor".
"Esta es la puerta del Señor:
sólo los justos entran por ella".
Yo te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
Evangelio según San Marcos 16,9-15.
Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció
primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios.
Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y
lloraban.
Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un
poblado.
Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su
incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto
resucitado.
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la
creación.
Comentario del Evangelio por
San Romano de Mélode (?-v. 560), compositor de Himnos
Himno «La misión de los apóstoles», 13 s; SC 283
«Proclamad la buena noticia a toda la creación»
Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y
en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos... (Mt 28,18-19).
Porque todo me ha sido devuelto por El que me engendró, el cielo y la tierra de los
que ya era dueño antes de haber tomado carne. Ahora he tomado posesión de mi
realeza sobre todo el universo, y en vosotros tengo un consejo de ministros
sagrado, sólo yo que conozco el fondo de los corazones.»
"Id a todas las naciones. Habiendo echado en tierra el grano del
arrepentimiento, regadlo con vuestras enseñanzas". Escuchando estas palabras, los
apóstoles se miraban unos otros meneando la cabeza: "¿De dónde nos vendrán las
palabras y la lengua para hablar a todos? ¿Quién nos dará la fuerza para luchar con
los pueblos y las naciones como nos lo has dicho, nosotros que no tenemos letras ni
cultura, que somos humildes pescadores, el único que conoces el fondo de los
corazones?"
"No se atormenten más vuestros corazones, que el Enemigo no turbe vuestro
espíritu. No penséis más como niños... No quiero vencer por la fuerza, sino por la
debilidad. No busco filósofos: escogí 'lo necio del mundo' (1Co 1,27), yo que sólo
conozco el fondo de los corazones.»
"Id, pues, a toda la creación. Regad con vuestras enseñanzas el grano de
arrepentimiento que sembrasteis. Procurad que ningún alma arrepentida se quede
fuera de vuestra red. Me complazco en aquellos que vuelven, como bien sabéis
vosotros. ¡Oh, si el que me traicionó, hubiera vuelto después de haberme vendido!
Borrando su pecado, lo habría reunido con vosotros, yo que sólo conozco el fondo
de los corazones...»
"Decid que soy Dios y que yo, el Indecible, tomé la condición de esclavo (Fl
2,7). Mostrad cómo hice mías las heridas de la carne... Fui enterrado porque había
sido condenado, descendí al infierno porque soy el Señor..." Confortados por estas
palabras, los apóstoles decían al Creador: "Tu eres el Dios que existía antes de los
siglos, y no tendrás fin... Te proclamaremos como lo ordenaste. Estate con
nosotros, sé nuestro defensor, tú que sólo conoces el fondo de los corazones".
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”