Estar disponibles para Dios y el prójimo.
2012-04-07
Oración introductoria
Señor Jesús, dame la gracia para que sepa guardar el silencio que me puede llevar
a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creo en ti, Señor, te
amo y confío en que Tú también quieres estar conmigo.
Petición
Señor, que sepa prepararme adecuadamente a la celebración de la Vigilia Pascual.
Estar disponibles para Dios y el prójimo.
«El recorrido cuaresmal encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, en
particular en la Gran Vigilia de la Noche Santa: al renovar las promesas
bautismales, reafirmamos que Cristo es el Señor de nuestra vida, la vida que Dios
nos comunicó cuando renacimos “del agua y del Espíritu Santo”, y confirmamos de
nuevo nuestro firme compromiso de corresponder a la acción de la Gracia para ser
sus discípulos. Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante
el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del
peso de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la “tierra”, que nos
empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo. En Cristo,
Dios se ha revelado como Amor. La Cruz de Cristo, la “palabra de la Cruz”
manifiesta el poder salvífico de Dios, que se da para levantar al hombre y traerle la
salvación: amor en su forma más radical» (Benedicto XVI, 22 de febrero de 2011).
Reflexión apostólica
«El recogimiento es necesario para descubrir y cultivar la presencia de Dios en cada
momento de la vida y renovar el sentido profundo de las actividades y de los
acontecimientos» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 223).
Propósito
Hoy buscaré servir humildemente a una persona que provoque en mí, sentimientos
negativos.
Diálogo con Cristo
Te alabo y te doy gracias, Señor, porque me permites tener este tiempo de oración
personal. La tentación de la actividad es grande en estos días. Gran paradoja,
porque no es con la actividad como podré conformar mi interior para poder celebrar
la Vigilia Pascual. Pero tu gracia, y mi servicio a los demás, harán la diferencia. Sé
que Tú sabrás ponerme los medios para que, aun en medio de la actividad, pueda
tener momentos de recogimiento.
«Estate muy atento a lo que te pide el Espíritu Santo. Para ello tienes que formar el
hábito del recogimiento y actuación, debes crear una zona de aislamiento en tu
interior donde puedas retirarte con frecuencia para estar a solas contigo mismo
ante Dios»
( Cristo al centro, n. 826)