Master·evangeli.net
Día litúrgico: Martes de la octava de Pascua
Texto del Evangelio ( Jn 20,11-18): En aquel tiempo, estaba María junto al
sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba () se volvió y vio a Jesús, de pie, pero
no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?».
Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú te lo has
llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella
se vuelve y le dice en hebreo: Rabbuní, que quiere decir “Maestro” ().
Comentario: P. Ramón LOYOLA Paternina LC (Barcelona, España)
La oración
Hoy, también Dios quiere que nos suceda lo mismo que a María Magdalena. Ella
anhela a Cristo. Es su único interés. Lo demás no le importa: apariciones, ángeles
¡nada! Busca a Cristo y llega a darse cuenta de que es Él quien le busca, quien se
esconde en el pellejo de cualquier persona (un hortelano) y se hace el
encontradizo.
También nosotros le buscamos en la oración, en las lágrimas de nuestras penas, en
los vacíos que no pueden llenar las creaturas. Sin embargo, Él es el protagonista:
por cada paso que damos hacia Él, Él da mil hacia nosotros. Invoca desde tu
corazón e insistentemente su Santo Nombre y pronto oirás con gran consuelo el
tuyo salido de su boca.
Maestro, Tú siempre estás conmigo aunque yo no siempre esté contigo; sé Tú mi
único tesoro, mi gran alegría, mi verdadera pasión, mi todo, mi resurrección, mi
vida nueva, mi victoria. Te espero aunque te escondas o tardes.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org