IV DOMINGO DE PASCUA. Ciclo B
DAR LA VIDA POR LOS DEMÁS
La Palabra: " Yo soy el buen pastor que da la vida por sus ovejas" (evangelio).
1. Los cristianos creemos que la conducta histórica de Jesucristo fue la
manifestación de Dios, dueño de la vida venciendo a la muerte. Esa victoria tenía
lugar cuando Jesús curaba enfermos, ponía en pie a los hundidos por la
discriminación y el desprecio, transmitía perdón y confianza para los pecadores, y
se sentaba a la mesa con los pobres. En la muerte en la cruz la entrega de la vida
por amor a los demás fue total, y ese amor venció a la muerte. Es lo que
celebramos en estos domingos de resurrección.
2. Ya pasados más de cincuenta años de la muerte de Jesús, el evangelio de san
Juan proclama esta fe de las primeras comunidades cristianas. Con una imagen
muy familiar a la cultura rural de sus oyentes, dice que Jesús es el pastor que da la
vida por sus ovejas. Y vida significa todo lo que uno es, tiene y hace. Jesús
manifiesta que es Enviado de Dios, la Palabra o el Hijo, precisamente porque hace
las obras de Dios: dar vida entregándose a sí mismo por amor. Una entrega
continua incluso cuando nosotros somos insensibles a esa Presencia benevolente
que nos constituye.
3. "Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen". Todavía hoy en algunas regiones
rurales de Palestina, es frecuente ver al pastor caminado y las ovejas siguiendo sus
pasos. Escuchar la voz de Jesucristo que por amor da su vida para que los demás
tengan vida, y hacer lo posible por "re-crear" su conducta en la propia conducta, se
llama espiritualidad cristiana. Resultaba muy significativa una canción litúrgica de
hace unos años: "si es que hoy nos amamos, es que resucitó". Vivir como
resucitados es caminar amando a los demás y trabajando para que tengan vida.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net