Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Octava de Pascua,
Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído *
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. * Id al mundo entero y proclamad el
Evangelio
Textos para este día:
Hechos 4,13-21:
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la
seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se
sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo
junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les
mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: "¿Qué vamos a hacer
con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y
no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos
que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre." Los llamaron y les prohibieron en
absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: "¿Puede
aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros.
Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído." Repitiendo la
prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo
entero daba gloria a Dios por lo sucedido.
Salmo 117:
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / El
Señor es mi fuerza y mi energía, / él es mi salvación. / Escuchad: hay cantos de
victoria / en las tiendas de los justos. R.
La diestra del Señor es excelsa, / la diestra del Señor es poderosa. / No he de
morir, viviré / para contar las hazañas del Señor. / Me castigó, me castigó el Señor,
/ pero no me entregó a la muerte. R.
Abridme las puertas del triunfo, / y entraré para dar gracias al Señor. / Ésta es la
puerta del Señor: / los vencedores entraran por ella. / Te doy gracias porque me
escuchaste / y fuiste mi salvación. R.
Marcos 16,9-15:
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a
María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a
sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba
vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a
dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a
los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando
estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque
no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: "Id al mundo
entero y proclamad el Evangelio a toda la creación."
Homilía
Temas de las lecturas: No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído *
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. * Id al mundo entero y proclamad el
Evangelio
1. Un milagro problemático
1.1 Estos días de la Octava de Pascua hemos presenciado el tremendo impacto que
tuvo en el pueblo y en las autoridades judías el milagro de la curación de un
paralítico de nacimiento. El milagro, que debía ser un motivo de gozo, se convierte
en piedra de tropiezo para los sumos sacerdotes que llegan a decir cosas como:
"¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo
Jerusalén conoce y que no podemos negar..." ¡No parece sino que el manifiesto
amor de Dios se ha convertido en un problema para ellos!
1.2 El ser humano es un manojo de contradicciones. Nada le hace tanta falta como
el amor de Dios, ¡y cuando llega este amor a visitarlo a menudo le cierra la puerta!
Aprendamos de este pasaje de la primera lectura a preguntarnos si acaso no será
nuestro caso: ¿no será que pedimos a Dios que nos ayude, y nos ponemos en sus
manos, y luego saltamos de esas manos para buscar nuestros caprichos? He
conocido parejas que quieren que Dios los defienda porque se sienten acosados por
"malos espíritus" mientras viven... en adulterio.
1.3 La contradicción parte de cómo entendemos eso de que Dios "nos ayude". Es
fácil entenderlo como una fuerza "extra", que viniendo del Omnipotente, no puede
fallar, y que va a lograr lo que nuestras fuerzas exiguas no podían. ¡Esto es pura
magia! La magia es utilizar fuerzas adicionales a nuestras fuerzas para buscar
NUESTROS propósitos. La fe, por el contrario, es acoger la luz divina para conocer
los propósitos DEL SEÑOR.
2. No podemos callar
2.1 La fuerza interior de los apóstoles nos impresiona. Ni las amenazas, ni las
humillaciones, ni las torturas logran achicarlos. Se levantan serenos, ni humillantes
ni humillados, ante las autoridades y anuncian con valor y dignidad de dónde
proviene su ministerio: "Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios
obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo
que hemos visto y oído".
2.2 Necesitamos cristianos así. Esa cosa fofa, que a veces se denomina
"postmodernidad", se ha venido a convertir como en una gran cobija con la que
todos pretendemos tapar nuestras mediocridades, perezas, inconsistencias e
inconstancias. Es fácil así vender la verdad, comprar amigos, negociar el amor,
alquilar esperanza... mientras nos burlamos de todo, nos entristecemos de todo, y
mientras todo se va hundiendo en un cieno espeso y pegajoso.
2.3 Necesitamos voces que digan: "no podemos callar". Gente que sea valiosa pero
que no se venda; hombres y mujeres que tengan no sólo "medios" y "recursos"
sino también principios y fines claros y nobles. ¿Alguien podrá darnos semejante
tesoro, si no es Cristo, el que llegó al extremo de la Cruz y se levantó del sepulcro
yerto?