Comentario al evangelio del Jueves 19 de Abril del 2012
El libro de los Hechos de los Apóstoles es el libro del tiempo pascual, de la acción del Espíritu que
Jesús ha derramado en el mundo después de su resurrección. Movidos por Él, los discípulos de Jesús
declaran llenos de coraje ante los tribunales: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Y
recorren entusiastas el mundo conocido entonces anunciando la resurrección de Jesús y formando
comunidades de nuevos cristianos.
Es la fuerza del testimonio de una fe ardiente y gozosa que se propaga gracias a ese impulso interior
que el Espíritu regala a los creyentes. Proclamar que Jesús ha resucitado, que vive, que va a volver y va
a juzgar, es tan directo que no deja a nadie indiferente.
El evangelio de hoy recoge la última parte del diálogo de Jesús con Nicodemo. Una vez más Jesús nos
pide la fe, abrir la puerta, dejarnos invadir por la gracia que con Él nos llega desbordante, como
manantial que salta hasta la vida eterna: “El que cree en el Hijo posee la vida eterna”.
Nos estamos preparando para dar comienzo al AÑO DE LA FE. El desafío que tenemos por delante los
cristianos, sobre todo en el continente europeo, es de titanes. Se dice que “a grandes males, grandes
remedios”. ¿Cómo movilizar esas multitudes de cristianos que viven aletargados en su rutina? Se han
bautizado, pero la fe no es más en ellos fuente de alegría que contagia a quienes no creen.
Carlos Latorre, cmf