“Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados.”
Jn 6, 1-15
Comentario y estudio del Evangelio
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. JESÚS ATRAVESÓ EL MAR DE GALILEA, LLAMADO TIBERÍADES.
“Aquí hay un nio que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para
tanta gente?”. Jesús le respondi: “Háganlos sentar”.
El acontecimiento de la multiplicación de los panes y los peces, es constatado
repetidamente en el Evangelio, ya porque fueron al menos dos veces las que el Señor
realizo ese milagro y por la notable impresión que ese milagro causo en el las gentes.
Jesús, no solo se preocupa de las necesidades espirituales de los que le siguen, sino que
también lo hace de orden material. ¿Cómo aconteció ese instante que maravilló a unos
5.000 participantes?
Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Jesús va a la otra parte del mar de
Galilea o Tiberíades. San Juan precisa el lago con el nombre de Tiberíades para sus
lectores étnicos, ya que después que Antipas fundó en honor de Tiberio, en el borde del
lago, la ciudad de Tiberias, y puso en ella su capital, prevaleció este nombre en el uso
griego.
San Juan no da el motivo de este retiro de Jesús con sus apóstoles, lo que dan los
Evangelios sinópticos: un descanso a su pasada actuación apostólica - San Marcos 6:30 - y
motivo de nuevas instrucciones. También influyó la orden que por aquellos días Antipas dio
de decapitar al Bautista - San Mateo 14:12.13 - .
2. LO SEGUÍA UNA GRAN MULTITUD, AL VER LOS SIGNOS QUE
HACÍA SANANDO A LOS ENFERMOS.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Le seguía
una gran muchedumbre a causa de los milagros que hacía y había hecho por aquella región
ya antes. Pero los Evangelios sinópticos precisaron que, cuando Jesús llegó a aquella
región, ya grupos de gentes se le habían adelantado - san Marcos -. El recorrido por el lago
era la mitad que por tierra. Esto hace suponer, o en un retraso en el remar a causa del
calor, o en un retraso por conversar con los apóstoles.
San Juan destaca aquí, y no al principio, que estaba cercana la Pascua , la fiesta de los
judíos. Este dato, no lo dicen los otros Evangelios. Talvez san Juan, apunta a la Eucaristía -
comunión, sacrificio -, que tendrá lugar en la Pascua siguiente.
3. JESÚS DIALOGA CON FELIPE
Jesús, desde el montículo al que había subido, viendo la gran muchedumbre que había, va
a realizar el milagro. Pero san Juan presenta el diálogo con Felipe. Notamos que san Juan
gusta del diálogo, así nos muestra a Jesús hablando con Nicodemo, la samaritana, la
vocación de los primeros discípulos y discursos del cenáculo. Y así presenta aquí lo mismo
que dicen los evangelios con una estructura histórico-literaria de diálogo. A san Juan le
interesa destacar aquí la presciencia de Jesús, ya que lo decía para probarle, pues sabía lo
que iba a hacer. San Juan omite la escena de los evangelios sinópticos en la que los
discípulos piden que despida a la gente para que puedan lograr provisiones. Igualmente
omite la predicación de Jesús a la turba y los milagros hechos entonces. Basta el esquema
que mejor le permita destacar la tipología eucarística.
Felipe, con su golpe de vista, calcula que no bastarán para abastecer aquella turba 200
denarios para que cada uno reciba un pedacito. El denario en la época de Jesús era el
sueldo diario de un trabajador - San Mateo 20:2 - . Así, 200 denarios, repartidos entre 5.000
hombres, venían a corresponder a denario por cada 25 hombres. A los que había que
añadir las mujeres y niños.
4. ANDRÉS, EL HERMANO DE SIMÓN PEDRO
Interviene Andrés, el hermano de Simón Pedro. El que Jesús plantease el problema del
abastecimiento a Felipe es que éste era de Betsaida y podía indicar soluciones. El citarse a
Andrés como hermano de Simón Pedro, más que por ser un cliché literario, es por lo que
Pedro significaba a la hora de la composición de los evangelios.
Andrés apunta la presencia de un muchacho, seguramente uno de esos pequeños
vendedores ambulantes que siguen a las turbas, y que tenía ya solamente cinco panes de
cebada y dos peces. Pero esto no era solución. El pan de cebada, matiz propio de San
Juan, era el alimento de la gente pobre. Por peces pone el término diminutivo de, que
significa, originariamente, un alimento preparado sobre el fuego y que luego se toma con
pan, sobre todo de carne o pescado. De esta palabra vino por el uso a ser sinónimo de
pescado, sobre todo en el contexto de San Juan - 21:9.10.13 - .
Estos pequeños peces acaso fuesen pescado seco en salazón (salados) o preparados ya
para la venta. En esta época existía en Tariquea, al sur del lago, una factoría de salazón de
pescado.
Todas estas preguntas y pesquisas tendían a garantizar más ostensiblemente el milagro, al
comprobar la imposibilidad de alimentar a aquella multitud en el desierto. Y, una vez
garantizado esto, el milagro se va a realizar de una manera nada espectacular, sino
discretamente.
5. HÁGANLOS SENTAR
Jesús le respondió: Háganlos sentar. Se da la orden de que se acomoden, lo que era
recostarse o sentarse en el suelo. San Marcos-Lucas hacen ver que se acomodaron por
grupos de 50 y de 100. Los colores vivos de sus vestiduras, bajo el sol palestino, daban la
impresión de un jardín, al tiempo que facilitó luego el recuento y el servicio. La multitud de
sólo hombres se valuó en 5.000. Las mujeres y niños contaban poco en la vida social de
Oriente. No es inverosímil esta cifra. Bajo el procurador de Roma en Judea Félix - 52-60 d.
C. - , un seudo-Mesías congregó en el desierto en torno suyo unas 30.000 personas y con
ellas marchó al monte de los Olivos.
En la descripción del rito del milagro, San Juan la hace con claros rasgos tipológicos
orientados a la Eucaristía.
San Juan omite un rasgo que los tres Evangelios sinópticos recogen: que Jesús elevó sus
ojos al cielo antes de la bendición. Era gesto frecuente en Jesús en varias circunstancias de
su vida. El mismo Juan lo relata en otras ocasiones - San Juan 11:41; 17:1 - . Al omitirlo
aquí, se piensa que es omisión deliberada, ya que falta en los tres relatos sinópticos de la
institución de la Eucaristía , lo mismo que en el relato de San Pablo en 1 Corintios, por
influjo de la liturgia eucarística.
6. JESÚS TOMÓ LOS PANES, DIO GRACIAS Y LOS DISTRIBUYÓ
Jesús tomó - en sus manos - los panes. Pudo haberse omitido este detalle o haber Jesús
dado orden de repartirlos sin tomarlos en sus manos. Pero es gesto que está también en los
relatos de la institución eucarística.
Dio gracias. Los tres evangelios sinópticos usaban el verbo bendecir. Los judíos, antes de la
comida, pronunciaban una berekah o bendición. De esta divergencia de fórmulas se dudó si
el rito de Jesús tuvo dos partes: una acción de gracias al Padre por la acción que iba a
realizar - San Juan 11:41.42; cf. v.23 - , y en la que su humanidad imploraba el milagro, y
luego una bendición ritual sobre el pan. Pero esta divergencia no es probativa, pues los
mismos sinópticos en la segunda multiplicación de los panes usan indistintamente ambos
términos como sinónimos. Debe de apuntar también tipológicamente a la Eucaristía , como
ponen Lucas-Pablo. En cambio, los sinópticos dicen que dio el pan. San Juan dice en forma
condensada, seguramente intencionada, que Jesús mismo distribuyó de los panes a los que
estaban recostados, naturalmente sería a algunos; lo que suponía distribuir partiéndolos -
cf. San Mateo 14:19; San Marcos 6:40 - . Rito usual que realizaba el paterfamilias en la
cena pascual y que él mismo distribuía luego a los comensales. Los sinópticos dicen que
Jesús entregó el pan los discípulos para que ellos lo distribuyesen a la gente. Este rasgo de
San Juan, dentro de este amplio contexto tipológico, de la institución eucarística, debe de
ser un rasgo más, deliberado y convergente, a la misma: en ella Jesús dio el pan
eucarístico a los apóstoles.
7. EL DIO EL PAN A LOS QUE ESTABAN RECOSTADOS.
La formulación conserva el relato de la institución eucarística, lo mismo que el tiempo
aoristo en que están ambos puestos. A la hora de la composición de su evangelio era la
evocación de la fracción del pan. El milagro de la multiplicación se hacía en las manos de
los apóstoles. Lo contrario suponía un incesante ir y venir los discípulos a Jesús. Además
es el único de los cuatro evangelistas que dice, en forma condensada, que El dio el pan a
los que estaban recostados. Acaso sea valor tipológico de El dando la comunión en la
última cena.
Omite la descripción de que El mismo repartió los peces, cosa que dicen los evangelios
sinópticos - San Marcos-Lucas - . Es por razón del valor tipológico eucarístico. De ahí el no
pararse casi nada en la descripción de la multiplicación de los peces. Toda su atención se
centra en la multiplicación de los panes. En los sinópticos se da un relieve casi paralelo a la
doble multiplicación - San Marcos 6:41-43 - .
8. COMIERON TODOS, Y TODOS CUANTO QUISIERON
Los apóstoles no se cansaron de recorrer, repartiendo pan y pescado, a aquella enorme
multitud. Terminado el reparto de aquella comida milagrosa, resaltan enfáticamente que
comieron todos, y todos cuanto quisieron. No fue un expediente para salir del paso. Fue una
perfección total, que causó una gran sorpresa. Recuerda la fórmula de saciarse del maná -
Sal 78:29; 105:40 - .
Dijo Jesús, recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada. Una vez saciados,
Jesús mandó a los discípulos a recoger los fragmentos que han sobrado, para que no se
pierdan. Los evangelios sinópticos también consignan el detalle de esta orden. Y cómo los
recogen en canastos, uso tan frecuente en los judíos.
Era costumbre de los judíos recoger, después de la comida, los pedazos caídos a tierra
Había en esa costumbre un respeto religioso a Dios, dador del pan de cada día. El hecho
de recogerse aquí las sobras del pan sobrante tiene una finalidad apologética, como se ve
por referir este detalle los tres sinópticos: constatar bien y garantizar el milagro. Pero aquí,
este recoger los restos podría responder a la tipología eucarística, tal como se lee en las
Constituciones Apostólicas - 1.8 c.3 - : Cuando todos hayan comulgado, que los diáconos
recojan lo que sobró y lo pongan en el pastoforia. (Habitación tipo sacristía)
Se recogieron doce cestos de sobras, que parecen corresponder a uno por cada apóstol.
Pero San Juan destaca que estos fragmentos de pan eran de los cinco panes de cebada
que sobraron a los que habían comido; es decir, la multiplicación prodigiosa era de la
misma naturaleza que el otro pan. Se piensa que pueda ser otro rasgo tipológico de la
Eucaristía : todos comen de un mismo pan - 1 Cor 10:17
9. “ÉSTE ES, VERDADERAMENTE, EL PROFETA QUE DEBE VENIR
AL MUNDO”.
Los evangelios sinópticos no recogen la impresión causada por el milagro sobre la multitud.
Es sólo San Juan quien la relata. Es probablemente que, además del hecho histórico, San
Juan destaca un segundo tema tipológico entroncado con el viejo éxodo.
La impresión de la turba fue tan profunda, que, viendo el milagro que había hecho, decían:
“Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo.” Y querían, por ello,
proclamarle rey. En el Deuteronomio se anuncia un profeta para orientar en el curso de la
vida de Israel, y al que han de oír como al mismo Moisés - Dt 18:15 - . Literariamente se
anuncia un profeta, pero es, en realidad, como lo exige el mismo contexto, el profetismo,
toda la serie de profetas que habrá en Israel, pero incluido el Mesías 12.
Los fariseos distinguían el Profeta del Mesías - San Juan 1:24 - . En ninguno de los escritos
rabínicos se los identifica. Precisamente en los escritos de Qumrán se distingue
explícitamente el Profeta de los Mesías de Aarón e Israel. Pero en el pueblo las ideas
andaban confusas, y los evangelios reflejan esta creencia popular, que en unas ocasiones
lo distinguían - San Juan 7:40.41 - , y en otras lo identificaban - San Juan 6:14.15 - 14.
Existía la creencia de que el Mesías saldría del desierto, que en El se repetirían las
experiencias del Éxodo, y que el Mesías provocaría una lluvia prodigiosa de maná. Esta
multiplicación de los panes, y en lugar desierto - cf. San Mateo 14:15 par. - les evoca todo
esto, y quieren venir para arrebatarle, forzarle y hacerle rey.
10. JESUS SE RETIRÓ OTRA VEZ SOLO A LA MONTAÑA.
Dice san Juan, se acercaba la Pascua , la fiesta de los judíos. Seguramente se habían
congregado allí gentes de muchas partes de Galilea, como punto de cita para formar en las
caravanas que iban a subir a Jerusalén para la inminente Pascua. Debían de pensar
forzarle a ponerse al frente de sus caravanas y marchar en gran muchedumbre,
triunfalmente a Jerusalén, para que allí, en el templo, recibiese la proclamación y
consagración oficial mesiánica.
Pero todo aquel plan de precipitación y anticipación mesiánica fue desbaratado por Jesús.
Ni aquel mesianismo material era el suyo, ni aquélla su hora. Se retiró El solo hacia el
monte para evitar todo aquello y pasar la noche en oración. Los Evangelios sinópticos
hacen ver que forzó a los apóstoles a subir a la barca y precederle a la otra orilla, y cómo El
mismo despidió al pueblo. Posiblemente los apóstoles estaban en peligro de caer en
aquella tentación, como las turbas. Así abortó y acabó con todo aquel prematuro
movimiento mesiánico al margen de los planes del Padre.
La alegría de Cristo resucitado vivan en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Fuentes: Algunas referencias están tomados de la Biblia Nacar-Colunga