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El Seor es mi Pastor
4º Domingo de Pascua [Jn 10,11-18]
29 de abril de 2012
¿De qué manera se imaginaban los judíos a Dios? Son muchas las imágenes
que se deslizan en el Antiguo Testamento para responder a esta pregunta. A través
de metáforas diversas, nos lo pintan como padre, madre, amigo, esposo… Pero ese
pueblo que durante tanto tiempo sabía de andanzas nmadas, tenía en su tradicin
creyente la afirmacin de que Dios es “como un pastor”. Israel fue haciendo una
meditacin religiosa sobre su relacin con Dios desde la vivencia del pastor y las
ovejas. Esa reflexin no era siempre amablemente buclica. Ante esta situacin de
abandono del rebao y de aprovechamiento de unos malos pastores, el Seor
anunciará por medio de su profeta que enviará un verdadero pastor, que será Él
mismo. Y vendrá descrito con unas actitudes marcadas por la ternura y la
misericordia (Ez 34,11-16), que serán las que Jesús hace de sí mismo como nuevo
Buen Pastor (Jn 1,1-10).
En la polémica con los fariseos, Jesús no cesará de desenmascarar su pecado
de traicin al pueblo que se les había confiado: la hipocresía, la arrogancia, el
oportunismo, la injusticia, el afán por el poder y la influencia... etc., son las
permanentes aristas que Jesús no se cansará de sealar en esos interlocutores. Pero
para presentarse como Buen Pastor, empleará la imagen de los verdaderos pastores
que dibuja el salmo 22. Los pastores de Israel tenían pocas ovejas, las suficientes
para sobrevivir sus familias. Las conocían por su nombre y, a su nivel, formaban
parte del conjunto familiar. Por ello eran queridas, cuidadas, protegidas. Un pastor
nunca abandonaba a sus ovejas, ni éstas eran extraas para él. En tramos difíciles y
oscuros, las ovejas se sentían serenadas cuando la voz del pastor y los pequeos
golpes de su cayado sobre sus lomos, les permitían entrever que no estaban solas,
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
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sino acompaadas por su pastor, aunque la niebla o la noche no dejasen ver su
figura.
Así es Dios: un pastor que nos conoce, nos conduce y ama hasta dar su vida.
Conocer la voz de este Pastor es dar la vida por aquello que se escucha y por aquel
que lo pronuncia. El es el Pastor de nuestra felicidad, el que nos conduce por los
caminos de justicia en los que esa felicidad es posible. Hay otras voces de sirena,
voces de pretendidos pastores que pastorean su propio provecho, su personal
promocin, su mantenimiento en poderes que corrompen y amordazan. Seguir a
Jesús, saberse ovejas de su redil, es vivir en paz y en luz, serenamente y sin temores
extraos... aunque la vida sea dura, aunque amenacen nubarrones o nos envuelva la
oscuridad (Sal 22).
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo