Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo B, Tiempo de Pascua,
Domingo de la Semana No. 4
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ningún otro puede salvar * La piedra que desecharon los
arquitectos es ahora la piedra angular. * Veremos a Dios tal cual es * El buen
pastor da la vida por las ovejas
Textos para este día:
Hechos 4,8-12:
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos:
Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar
qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a
todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros
crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se
presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los
arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar;
bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos."
Salmo 117:
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / Mejor
es refugiarse en el Señor / que fiarse de los hombres, / mejor es refugiarse en el
Señor / que fiarse de los jefes. R.
Te doy gracias porque me escuchaste / y fuiste mi salvación. / La piedra que
desecharon los arquitectos / es ahora la piedra angular. / Es el Señor quien lo ha
hecho, / ha sido un milagro patente. R.
Bendito el que viene en nombre del Señor, / os bendecimos desde la casa del
Señor. / Tú eres mi Dios, te doy gracias; / Dios mío, yo te ensalzo. / Dad gracias al
Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. R.
1 Juan 3,1-2:
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de
Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos,
ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos
que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual
es.
Juan 10,11-18:
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por
las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir el lobo,
abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un
asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que al
Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo,
además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer,
y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el
Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino
que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para
recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre."
Homilía
Temas de las lecturas: Ningún otro puede salvar * La piedra que desecharon los
arquitectos es ahora la piedra angular. * Veremos a Dios tal cual es * El buen
pastor da la vida por las ovejas
1. Sólo Jesús
1.1 En la hora de la persecución y la impopularidad los Apóstoles se mantienen
firmes. Es que les da firmeza el que es siempre fiel: Dios mismo.
1.2 Y predican el corazón y centro de nuestra fe: Jesús salva. Lo más admirable y
lo más sencillo; lo más profundo y lo más maravilloso; lo más bello y lo más natural
para el cristiano es saber en todo momento una cosa, sólo una: Jesús salva.
1.3 Descubrir al Salvador es descubrir la salvación. Ya no es una tragedia ser
menor, o ser enfermo, o ser marginado, o ser agobiado.
2. La Cruz vista desde la Pascua
2.1 Y no es solo que Dios nos regale salvación en su Hijo; mayor maravilla es ver
que, como anunció el salmista, que "la piedra que desecharon los arquitectos es
ahora la piedra angular".
2.2 Es bueno descubrir por qué es así, es decir: por qué la salvación llega a nuestra
vida por la puerta humilde de aquello y aquellos que despreciamos. ¿Por qué lo más
grande, que es nuestra salvación, pasa por lo más bajo, que es ser desechado?
2.3 Si lo miramos bien, esta pregunta es como una mirada al misterio de la Cruz,
que es donde Cristo fue "desechado", desde la luz de la Pascua, que es donde
hemos descubierto que Él es la "piedra angular". La Pascua, vista desde de la Cruz,
es como una aurora de esperanza, pero ¿qué es la Cruz, vista desde la Pascua?
2.4 Podemos decir que la Pascua, en esta tierra, es como el prólogo solemne de la
bendición definitiva que habremos de gustar sólo en el cielo; es una anticipación de
nuestro futuro junto a Dios. La Cruz, en cambio, es retrato de las miserias que han
marcado nuestro pasado y de las heridas que cargamos como señal en el presente.
2.5 Es ese aspecto oscuro y humilde, o humillante, de la vida lo que no queremos
ver; es eso lo que "desechamos"; es lo que no queremos asumir de nuestra verdad.
Preferimos, en cambio, vivir en la fantasía de nuestras presunciones, vanidades o
placeres pasajeros. Refugiados en el instante, nos volvemos necios arquitectos y
queremos construir con ladrillos que sólo hemos soñado sobre cimientos que no
hemos puesto.
2.6 Por eso la Cruz duele pero también redime. La Cruz es la gran revelación del
dolor y de la verdad de lo que somos, sostenida por la gran revelación del amor y
de la gracia que nos hacen alcanzar lo que seremos. Este amor y esta gracia no son
evidentes en la hora de los clavos, el sudor y la sangre; aparecen con la Pascua.
2.7 Por eso la palabra bellísima de la segunda lectura: "aún no se ha manifestado lo
que seremos; sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es".
3. Amar el sueldo o amar a las ovejas
3.1 La palabra luminosa de Jesús nos deja ver la calidad de su propio amor a través
de la comparación entre el pastor y el jornalero.
3.2 El amor que nos ha redimido, el amor que tiende un arco de luz desde la Cruz
hasta la Pascua, es el amor del Pastor Bueno, el que no es jornalero. Y el Pastor
Bueno es el que ha amado más a las ovejas que lo que de ellas recibe, es decir: ha
preferido las ovejas a su jornal.
3.3 Una frase nos llama mucho la atención en el texto de hoy: "el Padre me ama
porque yo doy mi vida para recuperarla de nuevo" (Jn 10,17).