EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Quinto Domingo de Pascua B
Libro de los Hechos de los Apóstoles 9,26-31.
Cuando llegó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían
desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo.
Entonces Bernabé, haciéndose cargo de él, lo llevó hasta donde se encontraban los
Apóstoles, y les contó en qué forma Saulo había visto al Señor en el camino, cómo
le había hablado, y con cuánta valentía había predicado en Damasco en el nombre
de Jesús.
Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba
decididamente en el nombre del Señor.
Hablaba también con los judíos de lengua griega y discutía con ellos, pero estos
tramaban su muerte.
Sus hermanos, al enterarse, lo condujeron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.
La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba
consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el
Espíritu Santo.
Salmo 22(21),26b-27.28.30.31-32.
Por eso te alabaré en la gran asamblea
y cumpliré mis votos delante de los fieles:
los pobres comerán hasta saciarse
y los que buscan al Señor lo alabarán.
¡Que sus corazones vivan para siempre!
Todos los confines de la tierra
se acordarán y volverán al Señor;
todas las familias de los pueblos
se postrarán en su presencia.
Todos los que duermen en el sepulcro
se postrarán en su presencia;
todos los que bajaron a la tierra
doblarán la rodilla ante él,
y los que no tienen vida
glorificarán su poder.
Hablarán del Señor a la generación futura,
anunciarán su justicia a los que nacerán después,
porque esta es la obra del Señor.
Epístola I de San Juan 3,18-24
Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de
verdad.
En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de
Dios
aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que
nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos
acercarnos a Dios con plena confianza,
y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y
hacemos lo que le agrada.
Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos
amemos los unos a los otros como él nos ordenó.
El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y
sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Evangelio según San Juan 15,1-8.
Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador.
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que
dé más todavía.
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no
puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en
mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da
mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca;
después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que
quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis
discípulos.
Comentario del Evangelio por
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de la Hermanas
Misioneras de la Caridad
Camino de sencillez
«Permaneced en mí, como yo en vosotros»
Amad la oración. A menudo, durante la jornada, tratad de sentir la necesidad
de orar, y abandonad la tristeza en la oración. La oración agranda el corazón, hasta
el punto que podrá contener el don que Dios nos hace de mismo. "Pedid, buscad "
(Lc 11,9) y vuestro corazón se ensanchará lo suficiente para recibirlo.
La siguiente oración, extraída del libro de oraciones de nuestra comunidad,
escogida entre aquellas que recitamos cada día. Puede ayudaros...
«Convirtámonos en ramas verdaderas y fructíferas de la viña de Jesús, recibiéndole
en nuestra vida como Él quiera mostrarse:
Como la Verdad - para ser dicha;
Como la Vida - para ser vivida;
Como la Luz - para ser iluminada;
Como el Amor - para ser amado;
Como el Camino - para ser andado;
Como la Alegría - para ser dada;
Como la Paz - para ser extendida;
Como el sacrificio - para ser ofrecido, en nuestras familias y en nuestro barrio».
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”