Lectio Divina: V Domingo de Pascua, Ciclo B
Autor: P. Chuno, C.M.
LA PALABRA HOY: Hechos Apóstoles 9,26-31; Salmo 21; 1 Juan 3,18-24; Juan
15,1-8
Ambientación : Al centro un racimo de uvas, alrededor algunos sarmientos o
ramitas de árbol sobre los que colocamos los nombres de los participantes.
Cantos sugeridos: Jesús está entre nosotros; Juntos cantando la alegría
Ambientación:
Todos los que creemos en Cristo Resucitado estamos llamados a vivir una
existencia gloriosa, transformada, absolutamente nueva. Los discípulos pasamos de
la esterilidad a una vida fecunda, permaneciendo en Jesús y dando así frutos de
amor.
Oración inicial
¡Señor, Tú eres! Y esto nos basta para vivir,
para continuar esperando cada día,
para caminar en este mundo,
para no escoger el camino errado
del aislamiento y de la soledad.
Sí, Tú eres por siempre y desde siempre;
eres y permaneces, ¡oh Jesús!
Y tu ser es un don continuo también para nosotros,
es fruto siempre maduro, porque nos alimentamos
y nos hacemos fuertes por Ti, de tu Presencia.
Señor, abre nuestro corazón,
abre nuestro ser a tu ser,
ábrenos a la Vida con el poder misterioso de tu Palabra.
Haznos escuchar, haznos comer y gustar
este alimento del alma.
Envía, ahora, el buen fruto de tu Espíritu
para que realice en nosotros lo que leamos
y meditemos sobre Ti.
AMEN.
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
Jn 15,1-8
Motivación: La alegoría de la vid y los sarmientos está cargada de resonancias
bíblicas. Con ella, la comunidad de Juan expresó la relación cercana y personal que
debe establecerse entre Jesús Resucitado y el auténtico discípulo. Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
vv. 1-5: La imagen de la “Vid verdadera”, ¿qué dice de Jesús y de su relación con el
Padre? ¿y de la relación entre Jesús y el discípulo?
¿Qué consecuencias tiene permanecer unido a Jesús?
¿Cuál es la consecuencia del sarmiento separado de la vid?
¿Qué significa dar frutos?
¿De qué manera Dios es glorificado?
Otros textos bíblicos para confrontar: Isaías 5,1-7; Ezequiel17,1-10; Mateo 20,1-8
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
Motivación: El pasaje sobre la vid, los sarmientos y los frutos, nos habla del Padre,
de Jesús y de cada uno de nosotros, sus discípulos. Es una hermosa alegoría que
hoy se nos ofrece como Palabra de Dios para hablar y hacer fructificar nuestras
vidas.
Para ser discípulo de Jesús es necesario permanecer en Él. ¿Qué dificultades
encuentro para estar unido a él?
¿Cómo se alimenta mi vida, de dónde recibo la savia que necesito para ser un
sarmiento íntimamente unido a Cristo?
Mi Padre recibe gloria… cuando se manifiestan como discípulos míos. ¿Qué
invitaciones concretas me ofrece este texto para mantenerme y manifestarme como
discípulo de Jesús?
¿Actuamos comprometidamente por lo que agrada a Dios?
¿Qué frutos me siento llamado a dar en este momento de mi vida?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Dice Jesús que unidos a Él obtendremos lo que pidamos, porque sólo
así sintonizaremos con la voluntad del Padre. Confiados en estas palabras, le
presentamos todo lo que el pasaje del Evangelio nos haya sugerido.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo
(Salmo 21).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Es conocido el cristocentrismo de san Vicente: Cristo el centro de
todo, la regla de la misión, la fuente de todas sus obras:
“Acuérdese, padre, de que vivimos en Jesucristo por la muerte en Jesucristo, y que
hemos de morir en Jesucristo por la vida de Jesucristo, y que nuestra vida tiene que
estar oculta en Jesucristo y llena de Jesucristo, y que, para morir como Jesucristo,
hay que vivir como Jesucristo. (I, 320)”
Por tanto, tienen que estar unidos entre ustedes en Jesucristo, por Jesucristo y para
Jesucristo.
El Espíritu de Cristo es un espíritu de unión y de paz; ¿cómo podrían atraer a las
almas a Jesucristo si no estuviesen unidos entre ustedes y con él mismo? De
ninguna manera. Por tanto, no tengan más que un mismo sentimiento y una misma
voluntad; si no, serían como los caballos que, atados a un mismo carro, se pusieran
a tirar los unos de un lado, los otros de otro, y acabarían por estropearlo y
destrozarlo todo.
Dios nos llama para que trabajemos en su viña. Vayan, pues, como si no tuvieran
en él más que un solo corazón y una misma intención; de esta manera es como
producirán fruto.” (XI,71)
Compromiso personal: hacer una revisión profunda de los medios que
empleamos para vivir unidos a Cristo y “permanecer” en su amor.
Comunitario : Hacer más viva nuestra oración de petición en su Nombre sobre las
necesidades del mundo presente.
Oración final
Tus brazos extendidos en la cruz
son el árbol de la vida eterna,
¡Oh Cristo, vid verdadera,
que unes al Padre!
Continua ofreciéndote a quien cree,
ya que sin Ti nada podemos,
y sana con la savia de tu sangre
las heridas de nuestros pecados.
Mantén unidos a Ti,
a aquellos que llamas por el bautismo
para ser tu presencia en el mundo,
árbol que unes cielo y tierra en tu pasión.
Y que por Ti, cual sarmientos,
alcancemos hoy y siempre:
la Verdad que hace libres; la paz que une como hermanos;
el amor hacia todos,fruto de nuestra permanencia en Ti.
¡Oh Cristo, vid verdadera para la vida del mundo!
Con permiso de somos.vicencianos.org