“Les dejo la paz, les doy mi paz”
Jn 14, 27-31a
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. LES DEJO LA PAZ
A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: - Les
dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni
teman!-. Jesús no quiere que se inquieten o se alteren con su partida, pues les
deja su paz. La paz, entre los judíos, abarca todos los bienes y es sinónimo de
felicidad.
La paz verdadera era una promesa mesiánica (Ez 37:26; Is 9:6). No es la paz
que Jesús les anuncia y no es como la da el mundo. Esta es paz externa, alejada
de molestias. Sin embargo la Paz de Jesús es paz íntima, inalterable en el fondo
del alma, pero compatible con las persecuciones sufridas por El. Quizás no sería
improbable que esta paz a que alude se refiera a la triple venida de que acaba
de hablarles: el gran don trinitario en ellos. Concretamente alude a su vuelta,
que es a esa venida de que les habló, “Me voy y volveré a ustedes”.
2. EL PADRE ES MÁS GRANDE QUE YO
Además, si de verdad le aman, no deben entristecerse, pues han de desearle lo
mejor. Y Jesús dice que él va al Padre, porque el Padre es más grande que yo, El
sentido de la frase es que el Padre es mayor que El, no en cuanto el Verbo
recibe por eterna generación la naturaleza divina, sino que, en cuanto es el
Verbo encarnado, se proclama, por razón de su naturaleza humana, inferior al
Padre. Es el sentido en que se habla abiertamente en otros pasajes de San Juan
(6:62; 16:28; 17:5.24). San Agustín lo comentaba así: En cuanto aquello por lo
cual el Hijo no es igual al Padre se iba al Padre.
Pero el aviso tiene valor apologético: no lo van a tomar de sorpresa, es El, el
que se somete libremente a los planes obediencia del Padre. Dice Jesús: “
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el príncipe de este
mundo” Y tan inminente es, que pone la venida del príncipe de este mundo, ese
es Satanás, en presente. Es la lucha entre la luz y las tinieblas, el fondo satánico
que mueve hombres y pasiones contra Jesús. En las tentaciones de Jesús,
Satanás, se retiró hasta el tiempo determinado (Lc 4:13)
Satanás viene ahora a través de sus instrumentos, especialmente de Judas
Iscariote, en cuyo corazón había puesto el propósito de entregarlo (Jn 13:2),
luego entró en él para consumar su obra de muerte (Jn 13:27) Pero, aunque
parece su muerte una derrota, no es que Satanás tenga en mí nada, Jesús dice:
él nada puede hacer contra mí, como si viniese para castigarle conforme a la
creencia judía.
3. “PERO ES NECESARIO QUE EL MUNDO SEPA QUE YO AMO
AL PADRE Y OBRO COMO ÉL ME HA ORDENADO”,
Jesús dice; “pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro
como él me ha ordenado”, Jesús es la misma santidad. Y Jesús no va a un reto,
va a ejercer un acto supremo de amor al Padre al cumplir el mandato de su
muerte. Va así a demostrar al mundo malo, y al Padre, que lo ama cumpliendo
su mandato.
Y como el mandato estaba dado y la hora llegada, veremos como Jesús da la
orden de partida en la última cena, les dice: Levántense de los lechos, o esteras
sobre los que estaban recostados, vamos nos de aquí, con una orden que es
terminante. Estas palabras cierran el desarrollo histórico de la narración. En el
capítulo 17, la oración sacerdotal, aparece como un epílogo-apéndice de aquel
acto. Por eso, este final y esta orden se enlazan, históricamente, con el principio
del capítulo 18, en que ya salen para Getsemaní.
4. LA PAZ ESTE CON USTEDES.
Es un saludo que es parte de nuestra liturgia. Cuando un cristiano desea la paz,
es para expresar el deseo de todos los bienes para la persona que saluda, es paz
que nace de la posesión de Dios y de su gracia, es un deseo de tranquilidad
interior, es paz para el corazón, es paz que es consuelo espiritual, es deseo de
alegría en medio de las tribulaciones, por eso la debemos dar con espíritu
evangélico y no debe ser un asunto mecánico, porque no es algo rutinario, es
algo que debemos transmitir con los mismos sentimientos e intención de Jesús.
El que tiene a Jesús en su corazón, vive en paz, nada es comparable saber que
le tenemos allí, nada es tan agradable como pensar y saber que Jesús nos ama y
esta presente en nosotros.
El Señor les Bendiga y les regale su amorosa paz