Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Pascua,
Semana No. 5, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas : Ven a Macedonia y ayúdanos * Aclama al Señor, tierra
entera. * No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
Textos para este día:
Hechos 16,1-10:
En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se
llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra
y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por
consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego.
Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros
de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían
en numero de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en
la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia,
intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces
dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se
le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: "Ven a Macedonia y ayúdanos."
Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros
de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
Salmo 99:
Aclama al Señor, tierra entera, / servid al Señor con alegría, / entrad en su
presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas
de su rebaño. R.
El Señor es bueno, / su misericordia es eterna, / su fidelidad por todas las edades.
R.
Juan 15,18-21:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si el mundo os odia, sabed que me
ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría
como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido
sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el
siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os
perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo
eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me
envió."
Homilía
Temas de las lecturas: Ven a Macedonia y ayúdanos * Aclama al Señor, tierra
entera. * No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
1. Prudencia, bendita virtud
1.1 Aparentemente Pablo había logrado una gran victoria en el Concilio de
Jerusalén, según hemos escuchado en la primera lectura de estos pasados días: de
hecho, fue su punto de vista el que triunfó y la decisión tomada con respecto al
papel de la ley en lo que atañe a la predicación a los pueblos no judíos. Lo acordado
fue que no había que exigir el cumplimiento de la ley judía, la ley de Moisés, a los
no judíos, y esto era precisamente lo que quería Pablo que se dijese.
1.2 Pues bien, ahora es el mismo Pablo quien introduce a Timoteo en las prácticas
judías a través del antiguo rito de la circuncisión. Algo aparentemente
contradictorio con lo que tanto enseñaba el mismo Pablo: que hemos sido liberados
de la ley judía. La contradicción, sin embargo, es sólo aparente, porque, si bien no
estamos obligados a practicar la ley judía, no es cierto que los judíos por
nacimiento estén prohibidos de practicarla. No estar obligado a hacer algo no
significa estar obligado a no hacerlo.
1.3 Pablo tenía fama de inflexible o autoritario en algunos círculos cristianos de la
época. Mas hoy nos está dando una buena lección, no sólo de “apertura”, sino
sobre todo de la primacía de las “razones del amor”.
2. Un caso similar
2.1 Es la misma idea que vemos desarrollada en el capítulo octavo de la Primera
Carta a los Corintios, allí donde el apóstol se refiere a la diferencia entre el
conocimiento que yo tengo de mi libertad en Cristo y el efecto que pueda tener en
otros el ejercicio de esa libertad.
2.2 El tema ahí era la cuestión de los alimentos que habían sido ofrecidos a los
ídolos, una práctica común en el ambiente pagano de la época. Los comerciantes,
buscando una ayuda sobrenatural, ofrecían a los ídolos una parte de su venta. Los
cristianos se preguntaban qué actitud tomar, sobre todo en el caso en que alguien
viera a un cristiano comiendo carne u otro alimento ofrecido a un ídolo. La postura
de Pablo es que, en sí misma, esta práctica no tiene nada de dañino para quien
come, si come sabiendo que nada ni nadie es dios, aparte del Dios verdadero.
2.3 El problema está en que una persona puede saber que lo que está haciendo es
correcto, y sin embargo hacerlo delante de alguien que se siente escandalizado o
confundido por el comportamiento del cristiano “maduro” y seguro de su
conocimiento.
2.4 Y la respuesta de Pablo a ese problema es que en esto debe primar la caridad
por encima de los propios derechos: “si tú, que sabes estas cosas, te sientas a
comer en un lugar dedicado a los ídolos, y algún hermano débil te ve, puede
suceder que él se anime a comer de esa ofrenda hecha a un ídolo. Y así tú, por tu
conocimiento, haces que se pierda tu hermano débil, por quien Cristo también
murió. Al ofender la conciencia de los hermanos débiles en la fe, ofenden ustedes a
Cristo mismo. Por eso, si por causa de mi comida hago caer en pecado a mi
hermano, no debo comer carne nunca, para no ponerlo en peligro de pecar” (1 Cor
8,10-13).
2.5 Eso es lo que ha hecho también Pablo en el caso de la primera lectura de hoy:
aunque en rigor de derechos no es indispensable que Timoteo sea circuncidado, es
un hecho que esa circuncisión puede aliviar o aligerar el camino de los judíos que
conocían del pasado pagano de este hombre. Y por eso Pablo, poniendo por encima
la caridad, más allá de los propios derechos, renuncia a sus derechos en favor de
las bendiciones que pueden llegar a sus hermanos.
Fr. Nelson Medina, O.P.