Nuestra Madre y modelo.
2012-05-07
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y
los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, Yo también lo
amaré y me manifestaré a él».
Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): «Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te
nos vas a manifestar y al mundo no?» Le respondió Jesús: «El que me ama,
cumplirá mi Palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra
morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la Palabra que están
oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el
Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las
cosas y les recordará todo cuanto Yo les he dicho». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Jesucristo, Señor y Dios mío, te amo, quiero cumplir siempre tu Palabra y mi
corazón está abierto para que hagas en él tu morada. Permite que este rato de
meditación esté centrado en Ti, que no consienta distracciones ni me cierre a
escuchar lo que hoy me quieres decir.
Petición
Espíritu Santo, hazme sentir tu voz para permanecer en Ti y ser testigo de tu
amor.
Meditación
Nuestra Madre y modelo.
«El Evangelio nos ofrece un retrato espiritual implícito de la Virgen María, donde
Jesús dice: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y
vendremos a él, y haremos morada en él”. Estas expresiones van dirigidas a los
discípulos, pero se pueden aplicar en sumo grado precisamente a aquella que es la
primera y perfecta discípula de Jesús. En efecto, María fue la primera que guardó
plenamente la palabra de su Hijo, demostrando así que lo amaba no sólo como
madre, sino antes aún como sierva humilde y obediente; por esto Dios Padre la
amó y en ella puso su morada la Santísima Trinidad. Además, donde Jesús
promete a sus amigos que el Espíritu Santo los asistirá ayudándoles a recordar
cada palabra suya y a comprenderla profundamente, ¿cómo no pensar en María
que en su corazón, templo del Espíritu, meditaba e interpretaba fielmente todo lo
que su Hijo decía y hacía? De este modo, ya antes y sobre todo después de la
Pascua, la Madre de Jesús se convirtió también en la Madre y el modelo de la
Iglesia» (Benedicto XVI, 9 de mayo de 2010).
Reflexión apostólica
«El amor a María y la confianza en ella encuentran su estímulo más poderoso y
entrañable en estas verdades en las que resplandece el papel de María en la vida
de la Iglesia y en la vida de cada uno de sus miembros, conforme al plan de
salvación trazado por Dios nuestro Señor desde la eternidad» (Manual del miembro
del Movimiento Regnum Christi , n. 131).
Propósito
Imitar la humildad y la discreción que caracterizaron la vida de María.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por darme una madre como María, modelo de fe y fidelidad. Ella si
supo acogerte en todo su ser. ¿Se asemeja mi disposición en la oración a la de
María? ¿Mi trato, especialmente con mi familia, en este domingo, será un reflejo
del estilo de vida de María? Contigo, lo fácil y lo difícil, es posible, por eso te pido
que me ayudes a cumplir en cada momento tu voluntad.
«No vale la pena vivir esta vida sin la amistad de Jesús, porque sin Él no hallarás
jamás la verdadera felicidad; recórrela de la mano de María, maestra de los
apóstoles»
( Cristo al centro , n. 593).