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Día litúrgico: Jueves VI de Pascua
Texto del Evangelio ( Jn 16,16-20): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus
discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a
ver (…). En verdad, en verdad os digo que (…) vuestra tristeza se convertirá en
gozo».
Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona,
España)
Presencia de Dios en el mundo
Hoy día —a la vista de las desgracias que ocurren en nuestro mundo— es frecuente
la pregunta: "¿Dónde está Dios?". Jesús, de un modo misterioso, afirma que le
volveremos a ver, y que eso nos causará gozo. Además, nos ha desvelado el rostro
de Dios: Él es Padre.
A Dios no se le escapa el mundo de las manos. Él no ejerce un "gobierno policial"
(como solemos hacer nosotros), sino providencial. Dios no es un "arbitro". Como
Padre providente, Dios "deja hacer", pero "no nos deja". Es decir, respeta los
dinamismos de este mundo (las leyes de la naturaleza y las decisiones de nuestra
libertad, incluso las erróneas), pero —en su infinita bondad y sabiduría— lo
reconduce todo hacia la salvación de la humanidad. Ejemplos: César Augusto,
Herodes, Poncio Pilatos, aun actuando erróneamente, fueron instrumentos
providenciales al servicio de nuestra redención…
—Jesús, quisiera decir a todos: no nos inventemos "dioses"; dejemos que Dios sea
Dios, y confiémonos con gozo a sus "brazos" de Padre.
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