EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Fiesta de la Visitación de la Virgen María
Libro de Sofonías 3,14-18a.
¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo
corazón, hija de Jerusalén!
El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus
enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún
mal.
Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos!
¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! El exulta de
alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría,
como en los días de fiesta. Yo aparté de ti la desgracia, para que no cargues más
con el oprobio.
Libro de Isaías 12,2-3.4.5-6.
Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza
y mi protección; él fue mi salvación.
Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.
Y dirán en aquel día: Den gracias al Señor,
invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel!
Evangelio según San Lucas 1,39-56.
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel,
llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del
Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo
temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su
descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Comentario del Evangelio por
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916), ermitaño y misionero en el Sahara
Consideraciones para las fiestas del año, 02/07
«María se puso rápidamente en camino»
María mi madre, hoy es a la vez una de tus fiestas y una de las fiestas de
Jesús: así como la Purificación es sobre todo la Presentación de Jesús, la Visitación
es una de tus dulces fiestas, pero es más todavía la fiesta de nuestro Señor, porque
es él quien actúa en ti y por ti.
La Visitación es "la caridad de Cristo que nos apremia" (2Co 5,14), es Jesús
quien, en cuanto ha entrado en ti, tiene sed de hacer a otros santos y felices. Por la
Anunciación, se manifestó y se entregó a ti, maravillosamente te santificó. Esto no
basta para él: su amor hacia los hombres, quiere en seguida manifestarse y
consagrarse por ti a otros, quiere santificar a otros, y se hace llevar por ti a casa de
san Juan Bautista...
Lo que va a hacer la Santísima Virgen en la Visitación, no es una visita a su
prima para consolarse y edificarse mutuamente recitando las maravillas de Dios en
ellas; tampoco es una visita de caridad material para ayudar a su prima en los
últimos meses de su embarazo. Es mucho más que esto: se va para santificar a san
Juan, para anunciarle la buena noticia..., no por sus palabras, sino llevando en
silencio a Jesús cerca de él...
Así hacen los religiosos y las religiosas consagrados a la contemplación en los
países de misión... Oh madre mía, haz que seamos fieles a nuestra misión, a
nuestra bellísima misión, que realizamos fielmente en medio de estas pobres almas
sumergidas "en la sombra de la muerte" (Lc 1,79) divino Jesús.
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