Master·evangeli.net
Día litúrgico: Miércoles VIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 10,32-45): En aquel tiempo, () Jesús tomó otra vez a
los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a
Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los
escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él,
le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará».
Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro,
queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os
conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno
a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís (). El
que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el
Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate
por muchos».
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La expiación de Cristo por los pecados de la humanidad
Hoy, ante las pueriles pretensiones de notoriedad de los Apóstoles, Jesús opone su
responsabilidad divina: Él ha querido "expiar" (pagar) por nuestros pecados. En la
Pasión, toda la suciedad del mundo entra en contacto con el inmensamente Puro,
con el alma de Jesucristo, Hijo de Dios. Si lo habitual es que lo impuro, con el
contacto, contagie lo que es puro, aquí tenemos lo contrario.
En este contacto, la suciedad del mundo es realmente anulada, transformada
mediante el dolor del amor infinito. Pero, ¿acaso no es un "Dios cruel" el que exige
una expiación infinita? La realidad del mal que deteriora el mundo y contamina la
imagen de Dios, es una realidad que existe, y por culpa nuestra. No puede ser
simplemente ignorada, tiene que ser eliminada. No es que un Dios cruel exija algo
infinito; es justo lo contrario: Dios mismo se pone como lugar de reconciliación y,
en su Hijo, toma el sufrimiento sobre sí.
—Dios mismo introduce en el mundo el don de su infinita pureza.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org