Sr. Cardenal Julio Terrazas Sandoval, CSsR
Arquidiócesis de Santa Cruz, Bolivia
Homilía de S.E. Cardenal Julio Terrazas Sandoval
Domingo 27 de mayo, solemnidad de Pentecostés.
Queridos hermanos y hermanas:
Hemos cantado con alegría ¡El padre nos envía el espíritu para toda la creación! que
se difunda esa vida que es el espíritu en todos y cada uno de nosotros, en todos los
lugares donde nos encontremos y que El sea capaz de darnos la fuerza que
necesitamos para hablar de aquellas cosas que le interesan a Dios, sin olvidar que
lo que más le encanta a Dios es la dignidad de la persona humana, allí converge
todo lo que se busque y, cuando falta este respeto a la dignidad humana tiene que
levantarse la voz del espíritu para recordarnos que hay que doblegar nuestra mente
al amor de Dios, que hay que dejar que el espíritu nos purifique, nos renueve y
saque del estancamiento en que nos encontramos.
Envía Señor tu espíritu y renueva la faz de la tierra.
Y tenemos que hacerlo esto mirando esta tierra, mirándola, contemplándola y
agradeciendo al Señor que nos ha puesto en este lugar para que nuestro corazón y
nuestra mente lo busquen solamente a Él y en Él se regocijen y en Él sientan la paz
verdadera, profunda y urgente de alcanzar en nuestros días.
Nos acompaña en esta celebración el hermano Obispo Auxiliar de El Alto, Monseñor
Fernando Bascopé. El viene de paso para participar con cuatro matrimonios de
Bolivia en el Encuentro Mundial en Milán, el va a estar en nombre de nuestra
Iglesia, en nombre de las familias, de esas familias que ha creado el Señor, de esas
familias que tienen un papel preponderante de vivir libres de ataduras, libres de
pecados que se inventan a cada rato.
Esas familias nos van a recordar con el Santo Padre a partir del sábado, que la
familia es un proyecto de Dios y no fruto de algún sueño o delirio, es el proyecto de
Dios que sea la familia, el centro, el germen, la célula donde se pueda encontrar los
valores que necesita en la persona humana para vivir con dignidad.
A su lado está el P. Ezequiel Pérez, es el nuevo Vicario General de nuestra
Arquidiócesis. Nos alegra tenerlo entre nosotros también hoy, porque él ha
aceptado servir a la Iglesia desde esa responsabilidad llevando la Palabra del Señor
no solo a su parroquia sino a todas las comunidades de nuestra Arquidiócesis.
Tenemos que mirar las otras realidades que son las que nos tocan constantemente
al corazón, a la mente y al espíritu y que a veces producen alegrías como el
recuerdo de las mamás, pero también a veces nos producen temor, a veces nos
producen miedo, y es lo que pasa cuando se lincha a una persona, volvemos a
sentir esto como si fuera un valor de alguna comunidad el tomar la justicia por sus
manos, quitar la vida al otro y peor todavía si después dicen que fue por una
equivocación.
Nos duele que se multipliquen las pandillas , es un fenómeno que hace tiempo
ya tendría que haber sido respondido con claridad por quienes tienen la
responsabilidad con la sociedad. Pero más que contar el número de pandillas lo
que tiene que acongojarnos es que en esos grupos hay menores de edad, hay
niñas de 11 y 12 años de edad . Hay un olvido total de lo que es la vida, e lo que
hay que hacer como personas humanas.
Nos duele que siga encontrándose cantidades de droga. Parece que nos
estamos acostumbrando al crimen, al asalto, a la droga. Todo eso oscurece lo que
podría ser alegría autentica y verdadera en nuestro medio. Evidentemente la
alegría de celebrar a las mamás debe ser grande, debe ser profunda, debe ser una
alegría que se expresa a lo largo de todo el año y no se reduce a una pequeña
serenata en el día de las madres.
Tenemos que tener cuidado porque mientras esta madrugada a lo mejor, muchas
madres han recibido el saludo de sus hijos, habrá que pensar en cuántas mujeres
que son madres son violentadas constantemente durante todo el año, habrá que
pensar que un día tan grande como este tiene que llevarnos a valorar lo que es la
maternidad y no dejarnos llevar por quienes quieren celebrar el día del a madre
pero luchan para que no haya más vida en los hogares.
¡El espíritu viene a renovarnos!
Cuando venga el paráclito, el consolador, el que les va recordar todo, el que los va
a acompañar, cuando llegue Él enviado por el padre entonces van a sentir la
verdadera y autentica renovación.
El espíritu llega con fuerza, llega para que nosotros seamos capaces de ser testigos
del Señor resucitado, “Yo soy testigo del Padre” dice el Señor, pero ustedes tienen
que ser mis testigos en todas las familias, en todos los pueblos, en todas las
naciones, porque hay que llegar a descubrir que ese espíritu que llega es la verdad.
A eso tenemos que llegar, a vivir la verdad y la verdad plena , llena de vida. ¿Y
cuál es esa verdad plena y llena de vida? Es Cristo resucitado, es el Señor de la
vida, es el autor de nuestra liberación del pecado, es el que camino con
nosotros: Cristo resucitado.
El mismo Señor lo ha dicho una vez: “Yo soy la verdad”. La verdad no es una
palabra que hay que aprenderla de memoria, no es un concepto abstracto de esos
que solo manejan los que ha estudiado, los que son doctores, los que están
licenciados de algo. La verdad es Cristo, hombre y Dios que vino con una palabra
de vida y no perdió su tiempo multiplicando discursos y ley que después nadie
cumple; que llamo y convocó no obligando a nadie sino opfre3ciendosé El
voluntariamente para poder borrar todo aquello que nos separaba de Dios.
Es Él el que nos va ir hablando, nos dice la Palabra de Dios. Yo, dice Cristo, tendría
muchas cosas todavía que decirles, pero no hay porque entrar en tantos detalles, el
espíritu les va decir lo que tienen que hacer, el los va a preceder, el los va a
acompañar, el les va a dar la fuerza, esa es la fiesta de Pentecostés.
Fuerza, vida, alegría, todo eso que nos da el espíritu a todos los creyentes,
deseamos que se derrame en abundancia sobre las mamás, ellas que tienen
conciencia de su vocación de cooperación con Dios; se derrame sobre las familias
para que no entre en dudas ni se pretenda igualar otro tipo de uniones a las que
Dios ha dado una finalidad concreta.
El espíritu es fuerza, acabamos de escuchar en el libro de los hechos como ha
llegado con fuerza. Estaban reunidos los discípulos, todos en el mismo lugar y allí
de pronto vino un viento, un ruido y un fuego, un ruido fuerte que despertó a todos
los que estaban reunidos fuera, el viento como lenguas de fuego, el fuego que
purifica cae en la cabeza de los apóstoles porque se trata de algo nuevo, hay
que saber pensar de forma distinta, hay que saber amar de forma distinta,
hay que saber salir con ímpetu para defender la verdad y la vida.
Esto es lo que cambia el corazón la mente y los labios y comienzan a hablar y
comienza a enseñar y esa multitud que venía de todos los pueblos de entonces se
quedó admirado.
Porque los escuchamos hablar en diversas lenguas, estos son de Galilea un pueblo
conocido, ¿De dónde sacan esa sabiduría para hablar lo que quiere nuestro
corazón?, porque no están hablando de cosas que no se van a cumplir sino estaban
hablando de las maravillas de Dios.
Ese Dios que había resucitado a su Hijo, ese Hijo que nos envía al Espíritu y ese
Espíritu que viene a cumplir la promesa que nos hizo el Señor.
Inspiración del Espíritu de Dios
Para Pablo es bien claro la presencia del Espíritu : Los exhorto para que se dejen
conducir por el Espíritu de Dios , Pablo habla a los primero cristianos allí donde
había entrado también abusos, olvidos, pecados, pecado personal y social, allí -dice
Pablo-, no se olviden que ustedes deben caminar según el Espíritu.
El Espíritu del bien que nos lleva a superar nuestras debilidades y dificultades para
poder con toda conciencia no solo hablar de Dios sino construir lo que nos
encomienda en su misión.
Los frutos del espíritu malo
Pablo dice: todo lo que es fruto del espíritu malo, fruto de la mente es llena de
podredumbre por el mal, allí Pablo les dice todas las cosas que van contra la
persona misma, contra el cuerpo pero también contra la sociedad.
Las violencia, los odios, los rencores, los resentimientos, el veneno que se sigue
sembrando por algunos lugares para llenar los corazones de odio a otros
hermanos; resentimiento que tratan de hacer que la dignidad de un grupo se basen
en un recuero estéril del pasado y se olvidan que el Señor camina hacia el
espíritu de la paz y la justicia.
Fornicación, impureza, supersticiones, enemistad, pelea, rivalidad, violencia,
ambiciones discordia; esta lista Pablo la podía repetir entre nosotros hoy.
Pablo podría decir que esto se cumple y lo hacemos entre nosotros porque ya no
dejan que el Espíritu los guíe y prefieren enredarse a aquello que nos hunde más
en lugar de sacar a la faz de la tierra la fuerza renovada del Espíritu que llegue a
todos.
¿Qué significa seguir el camino del Señor?
Primero tener conciencia de que nosotros estamos con Él, y que el Vienen para
implantar en medio de nosotros ese reino de paz justicia que el Padre ha pensado
para ustedes.
Hay que sembrar este espíritu, hay que decirlo, trabajarlo. Amor alegría paz,
afabilidad, fraternidad, bondad y confianza, mansedumbre, esperanza, ahí está
esto es lo que el Espíritu quiere producir, amor.
Cuando se idolatra al odio o la venganza no estamos siendo llevados por el espíritu
de Dios.
Alegría cuando se convierte en un objeto mas del mercado como pude acontecer
con el día de la madre que se reduzca solo a cosas compradas.
El espíritu no habla de otra alegría, la de ser, la alegría de mirar al que está preso,
la de convivir como hermanos, la paz.
Cuantas veces lo hemos dicho: el cristiano es que le trabaja por la paz pero la paz
que responsabiliza, que construye por todos, no es la paz por la quietud de un
cementerio no es la paz paz que debe ser construida con toda nuestra vida.
Magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza todo esto se va perdiendo, basta que
escuchemos algunas frases que se dicen a través de los medios de comunicación,
todo es sembrar desconfianza, burlarse del prójimo, acallar al que no habla como
ellos donde está la afabilidad, la bondad la confianza.
Nos estamos deshaciendo por nuestras desconfianzas, nos estamos quedando en
todo lo que es maldad, prepotencia, juicios que condenan a cualquier persona o
institución. Mansedumbre y templanza.
Hermanos esto es importante que lo sepamos, estos son los frutos del espíritu, el
espíritu no es alguien que esta revoloteando, es alguien que está para que
nosotros construyamos todo esto que le interesa Nuestro Padre y nos encomienda
realizar porque El nos quiere portadores de vida y esperanza para que podamos un
día abrazarnos a la vida del Padre eternamente, para que nuestra esperanza sea
firme y sepamos que el miedo y el terror no nos pueden abatir sino que tenemos
que superarnos con la fuerza que el Espíritu del Señor nos da.
“Si vivimos animado por el Espíritu dejémonos conducir por El”. Ese es el
consejo que da Pablo a los cristianos de los primeros tiempos. Esta palabra la
pronunciamos en nombre del Señor para todas nuestras comunidades, para todas
las mamás, para toda la sociedad, para toda Bolivia entera.
Dejemos que este Espíritu de vida entre la vida de nuestro pueblo para que sea una
vida que no está amenazada y no puede ser quitada a merced del primer postor.
Esta palabra la decimos con cariño también a nuestros hermanos de Chuquisaca
que todavía celebran su fiesta. Que este Espíritu nos guie, el espíritu de la verdad,
la vida, la paz y la justicia para que se acaben los practicantitos que destruyen a
un pueblo y comiencen a pronunciarse palabras de fraternidad, amor y paz entre
todos. AMÉN.