Comentario al evangelio del Miércoles 06 de Junio del 2012
Dos frases para quedarse en la mente y en el corazón de las lecturas de este día. En la primera
lectura “Sé de quién me he fiado.” y en el Evangelio: “No es Dios de muertos sino de vivos.”
La vida es siempre una relación de confianza. El niño confía en sus padres. Confiamos en los
amigos. Confiamos en que el que nos vende algo nos lo entrega en buenas condiciones. Confiamos en
la familia. Confiamos en los que hablan como nosotros, en los que viven en nuestras calles. El marido
confía en la mujer y la mujer en el marido.
Sin esa relación de confianza la vida se hace imposible. No se puede desconfiar de todo y de todos
todo el tiempo. El que viva en esa actitud de desconfianza total no tiene más remedio que meterse en
un cuarto sin ventanas y cerrar la puerta con siete llaves. Todo y todos se le convierten siempre en una
amenaza. Esa vida ya no merece el nombre de “vida”. Es más bien una muerte anticipada.
Pablo en la primera lectura habla de su relación de amistad con Timoteo. Han trabajado juntos al
servicio del Evangelio. Le tiene siempre presente en su oración. Confía en él. Le da consejos porque
ambos comparten unos mismos sentimientos. Pero su amistad, su relación tiene una base más
profunda. “Sé de quién me he fiado.” Pablo ha tenido muchos problemas. Vive, como él mismo dice,
“una penosa situación presente.” Pero sigue confiando. Dios es la base firme desde la que se abre a la
confianza en sus hermanos y en la vida, que sabe que es regalo continuo de Dios.
Es que Dios es “Dios de vivos y no de muertos.” Ahí está el centro de nuestra fe. Dios no es una
entelequia que nos hayamos imaginado. Es una realidad que sentimos presente en nuestras vida, que
sentimos presente en la vida que nos rodea, que se regenera y recrea continuamente y nos impulsa a
vivir en confianza y en esperanza. Más allá de las discusiones tontas y leguleyas de los fariseos y de
los saduceos, lo importante es que Dios es Vida, Dios está vivo. Dios invita a vivir en plenitud nuestra
vida, abiertos a la confianza, abiertos a los hermanos, con la mano tendida por penosa que sea la
situación presente.
Fernando Torres Pérez cmf