P RIMER D OMINGO DE C UARESMA - CICLO "B"
+ Los grandes acontecimientos requieren de una adecuada preparación .
Un título universitario implica exámenes bien preparados, suspendiendo algo del
sueño, diversiones, etc...
El casamiento requiere preparación de mil detalles, más solemnes o más
domésticos...
Los deportistas se preparan, entrenan (los deportistas viven entrenando)... Viven
en preparándose para esos grandes acontecimientos que son para ellos las
competencias deportivas.
+ ¿Porqué decimos hoy estas cosas?
Porque hemos comenzado el tiempo de Cuaresma , que es un tiempo de
"entrenamiento", de preparación, de lucha.
Dentro de 40 días vamos a celebrar la Pascua, la más importante fiesta del año
cristiano. Y la Pascua, que centra nuestra atención en la muerte y la Resurrección del
Señor, no es un "aniversario". La Iglesia no nos invita a simplemente "recordar" este
hecho, sino a revivirlo : lo que realizó Cristo tiene que suceder en nosotros : debemos
morir a nuestros pecados, a los vicios que hemos dejado anidar en nosotros, a
nuestras rebeldías sin sentido, a ese gusto por el pecado que nos hace amigos y
cómplices del demonio ; y debemos resurgir a la vida nueva que Dios nos ofrece...
Esta decisión es la más importante de nuestra vida . Aquí nos jugamos el todo
por el todo. Por eso no podemos arriesgarnos a perder .
Volvamos a la comparación: ningún deportista puede permanecer como tal si no
entrena... y nadie entrena "para perder"; su entrenamiento implica muchas cosas:
privaciones, horas de ejercicios diarios, acumulación de fuerzas, vida metódica y
ordenada... Ellos hacen todo esto para ganar una corona que tarde o temprano se
marchita... y nosotros: ¿Cómo podemos no "entrenarnos" para salir victoriosos,
siendo que se está jugando nuestra felicidad, en el tiempo y en la eternidad?
+ Toda la vida del hombre es un "entrenamiento" (como para los
deportistas...); pero la Cuaresma es especialmente un tiempo el que debemos
ponernos "espiritualmente en forma" para poder triunfar.
Cuare sma: cuare nta días preparación (en la historia de la Salvación muchas
veces lo referente a "preparación" se relaciona con el número 40):
Moisés: 40 días y noches ayunando en la montaña, antes de recibir las tablas de la
ley.
Los israelitas: 40 años peregrinando por el desierto, antes de entrar en la tierra
prometida.
El profeta Elías . 40 días peregrinando antes de recibir una revelación.
Jesús: 40 días en el desierto, preparando su ministerio público.
2
También nosotros , como Iglesia Dios, entroncando con esta Historia de
Salvación, nos preparamos durante 40 días para revivir la solemnidad más
importante del año: la Pascua
La Cuaresma no es un "castigo". Es una gracia: el Señor nos ofrece en este
tiempo la oportunidad y la fuerza para cambiar...
¡Cuántas cosas quisiéramos cambiar, deberíamos cambiar, en nuestras vidas!
Queremos cambiar el mundo, y debemos hacerlo... pero empezando por nosotros
mismos.
¿Cómo hacerlo?
La iglesia, desde que es Iglesia, destaca entre las muchas prácticas religiosas
propias de este tiempo tres muy especiales: la oración , el ayuno , y las obras
misericordia.
* La oración: una forma bien concreta y al alcance de todos para orar: leer
con más atención, con más tiempo, con más ganas la palabra Dios (Biblia) . Pero
para dejar que esa palabra "resuene", "haga eco" en nuestro corazones, debemos crear
un poco de recogimiento interior, de silencio . Por eso es tan conveniente durante la
Cuaresma suspender las fiestas, los "asaditos", los bailes, las trasnochadas... por lo
menos un día de la semana: el viernes , día en que Cristo padeció y murió por
nosotros. No hacemos esto "de aburridos que somos", o por amargados masoquistas,
pues nosotros más y mejor que nadie tenemos sentido de la fiesta, sabiendo que el
Cielo es una Fiesta Eterna; pero justamente, ahora queremos parar para ver cómo
estamos en los "preparativos"; queremos conocer mejor nuestra situación, lo que
somos y lo que Dios quiere de nosotros.
* El ayuno: práctica muy mitigada nuestros días (sólo dos días al año
mientras que los primeros cristianos hacían ayuno y abstinencia durante toda la
Cuaresma ...) en este tiempo especialmente, queremos privarnos de comidas, o de
algún plato especial (por ejemplo la carne los viernes) para experimentar lo que es la
necesidad ( en la que algunos viven permanentemente ...), para que sintamos que no
somos todopoderosos, que necesitamos del Padre que nos alimenta, y que todo viene
de Dios . Al ayunar, profesamos que el hombre come para vivir (¡Y no al revés!)... y
que no vive sólo de pan... y que debemos ser dueños de nosotros mismos, aprender a
dominar nuestros deseos, a moderar nuestros instintos, para que todas nuestras
fuerzas estén armoniosamente integradas para la tarea de construir el Reino.
Porque ha perdido el saludable hábito del ayuno, nuestro mundo
descristianizado no encuentra manera de frenar las malas inclinaciones, en particular
la sensualidad . Si tanto se "ayuna" hoy para cuidar la silueta física, ¿no
convendrá ayunar un poco para mantener en forma la “silueta espiritual”?...
Por otra parte, este ayuno "físico" nos prepara para el "espiritual", que es
muchísimo más importante: debemos ayunar del pecado , del egoísmo, de la
soberbia, de la pereza... (del consumo, de la T.V., de la violencia, de las modas, de las
palabras de más, de los desenfrenos...)
3
Y algo más: cuando ayunamos, no es para suplir los alimentos comunes por
otros más caros y refinados, sino para ahorrar y ayudar con más generosidad a los que
tienen menos, o no tienen nada.
*Las obras de misericordia: son fruto del ayuno bien entendido, que nos
lleva a preocuparnos por quienes viven en permanente situación de necesidad .
Entre las obras de misericordia más encomiables está el perdón . Un
recomendabilísimo ejercicio cuaresmal será el perdonar de corazón las ofensas
recibidas, tendiendo puentes para reconciliación. Así, al llegar a la Pascua, muchas
barreras y distanciamientos habrán cedido, y entonces ¡El Reino estará más cerca!
Quienes perdonan sinceramente y se reconcilian, podrán recibir el
perdón de Dios cuando lo soliciten. La Cuaresma nos debe CAMBIAR EL
CORAZÓN.
No está en nuestras manos cambiar nuestra vida, ni transformar nuestro
corazón (¡no es tan fácil!). Pero el Señor nos ofrece en la Iglesia un tiempo propicio
para hacerlo, si aceptamos su invitación, y entramos en ese "entrenamiento" severo de
la Cuaresma.
Si nos acercamos a los sacramentos para que sean borradas nuestras faltas del
pasado, y nos dejamos conducir por la Iglesia en este tiempo privilegiado de la gracia
de Dios, llegaremos a la Pascua como seres nuevos : junto con Cristo saldremos de la
muerte, para comenzar una vida diferente: la vida de resucitados.
San Agustín nos recuerda: "Nuestra vida en medio de esta peregrinación no
puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través
de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo sino es tentado, ni puede ser coronado
si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigos de
tentaciones".
Sugerencias prácticas a las tres prácticas cuaresmales pregonadas por la
Iglesia:
Oración: rezar un poco más en estos días, aún restando tiempo otras cosas
importantes. V.g. lectura diaria del Evangelio (en lo posible, el que ese día se lee en
la Misa [muchas agendas lo traen].
Ayuno: alguna privación de algo innecesario (cigarrillo, postre, cine/vídeo,
alcohol...). Al llegar a la Pascua, se podrá dedicar es importe (lo que se ha ahorrado),
a alguna obra de misericordia.
Obras de misericordia: busquemos, entre las personas con las que estamos
distanciados o enemistades, algún camino de reconciliación (¡por lo menos con
alguna de ellas!)
No dejar la confesión para los últimos días (los sacerdotes estamos entonces
más ocupados).
4
(Esta homilía se ha hecho larga... ¿Quizás la primera penitencia de la Cuaresma?;)
Que las estas penitencias, y las que no elegimos, nos renueven para la Pascua del
este Año Jubilar, y para la vida eterna)
Amén
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel