III D OMINGO DE C UARESMA ("B")
Dos homilías:
Iª homilía: Iª lectura: El DECÁLOGO:
+ Lo que Dios escribe en el corazón de cada hombre para que sea feliz ya desde
este mundo
+ Dios nos ama con todas sus fuerzas, y por eso quiere la exclusividad de nuestro
amor, y lo sella con alianzas: Adán; Noé; Abraham; Moisés con los 10 mandamientos .
Y finalmente Jesús mismo, su Sangre, nuestra alianza.
+ "No he venido abolir, sino a dar plenitud..." , dice el Señor.
Los 10 mandamientos:
¿Caducaron? ¿Podemos "elegir" algunos? ¿Son restricciones que nos quitan la
felicidad? ¿Caprichos de Dios? ¿Son represión?
No
+ Leámoslos a la luz del Nuevo Testamento (los "no..." son "el límite")
1º Amar a Dios sobre todas las cosas.
2º Amar su Nombre (como hacemos con el de nuestra Mamá).
3º Celebrar y alegrarse con Dios.
4º Amar a la familia.
5º Amar la vida (NO al odio, NO a la venganza; NO al no-perdón; NO a los pecados de
la lengua [que es un triple asesinato...]
6º Cuidar y respetar las manifestaciones más íntimas del amor humano ( sagrado por su
transmisión de la Vida y por todo lo que expresa)
7º Respetar los bienes ajenos
8º Amar la verdad (Cristo es LA VERDAD)
9º y 10º) Ser transparentes, limpios, y respetuosos en nuestros pensamientos y deseos
frente a la persona del prójimo y sus cosas.
+ No está todo explicitado... pero este es “el mínimo", la plataforma básica para
poder sentir en nuestro corazones lo que dice el salmo responsorial... (leerlo!):
"Tu palabra, Señor, es la verdad, y la luz de mis ojos"
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura, permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.
Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino;
más dulces que la miel, más que el jugo del panal.
Amén
II Homilía: Evangelio: expulsión de los mercaderes , que Juan coloca el
comienzo de la vida pública de Jesús. Episodio "llamativo...
+ Conociendo el culto del Antiguo Testamento, no sorprende para nada que en el
recinto del templo tuviera que darse el comercio de animales (para poder cumplir con
los sacrificios) y el cambio de monedas (para pagar los impuestos religiosos, no con
moneda romana...)
+ Ya muchas veces Dios había reprochado el culto de los israelitas, por medio de
los profetas... Y había anunciado un nuevo culto , para la época del Mesías (cf. libro del
profeta Zacarías, penúltimo del Antiguo Testamento).
+ Si Jesús está obrando como el Mesías que cumple lo profetizado, es natural
que "se le pidan explicaciones"... ¿Quién es Él? “¿Qué signo nos das...?"
+ Jesús va más lejos... no sólo va a cambiar el culto, sino también en el templo .
+ Los hombres de todas las religiones siempre han edificado templos a sus
dioses... (¡Palacios!)... Pero en Israel, la cosa era distinta... Ellos sabían que "Dios no
cabe ni en el Cielo" (cfr. I Re 8, 27)... Y que el templo era sólo un lugar especialísimo de
encuentro con Dios...
+ Pero también aquí, los profetas anunciaron que llegaría el día en que tampoco
sería necesario el templo, porque Dios estaría presente en el pueblo, de una manera
nueva...
Jesús es el nuevo y definitivo Templo (cf. Ev.) en el que nos encontramos con
Dios... El Espíritu Santo nos une realmente con Jesús, y forma con todos nosotros un
gran templo espiritual, muchísimo más importante que los templos materiales.
De modo que:
somos templos del Dios vivo, que "no cabe en el cielo"...
Cada uno de nosotros se ensambla en ese templo espiritual con Cristo,
construyendo... o destruyendo (pecados; divisiones)
Así somos desde el Bautismo... Por eso, el pecado es como una profanación .
+ ¿Cuál es el sentido del templo material? Allí nos reunimos como Iglesia, como
Cuerpo de Cristo... Allí se hace visible lo que realmente somos siempre. Allí
expresamos y celebramos nuestra unión con Cristo y entre nosotros.
El verdadero templo somos nosotros . Pero este techo, paredes y adornos nos
representan... son como imágenes de nosotros mismos, figura visibles de la Iglesia. Por
eso tratamos de que sean hermosos (aunque humildes), limpios, ordenados, piadosos,
alegres, y que inviten a la oración (¡ silencio en el templo!). Son “ figura del cielo” ,
porque ya comenzamos estar con Dios, lo recibimos en nuestro corazón, y cantamos las
alabanzas del Señor. Pero todo esto se da porque nosotros estamos unidos en Cristo, que
es el Templo Nuevo, único y verdadero, donde Dios se encuentra con todos los hombres.
+ Pidamos a María, en cuyo seno purísimo Dios Padre construyó el templo de su
Hijo Jesucristo, que cada día nos transforme con más plenitud en moradas del Espíritu
Santo.
Amén
Ant. S.R.: "Tu palabra, Señor, es la verdad, y la luz de mis ojos"
Tú, que en la Cruz manifestarte la sabiduría de Dios...
Tú, que por tu Resurrección te convertiste en Templo de la Nueva Alianza...
Tú, que nos entregas tu ley como guía para nuestra vida...
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel