XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B
EN EL MIEDO, CONFIANZA
La Palabra: “¿Por qué sois tan cobardes?, ¿aún no tenéis fe?” (evangelio).
1. El miedo es, según me enseñaron mis profesores de psicología, “trepidación de la
mente” ante un mal presente o futuro. Como hay tantos males que nos amenazan,
es normal que tengamos miedo. Jesús mismo, ante su muerte injusta tuvo esa
experiencia humana. Pero el evangelio no trata directamente del miedo, sino de
una catequesis sobre la fe o confianza. El miedo nos paraliza, mientras la confianza
suscita lo mejor que tenemos y todas nuestras energías para seguir adelante.
2. Nuestra situación es suficientemente confusa para no tener miedo al porvenir. En
nuestra sociedad hay muchas heridas cuya curación no es fácil. En la organización
mundial, cuando los pueblos van tomando conciencia de pertenecer a la única
familia humana, la exclusión de los pobres resulta cada vez más intolerable. Y en la
misma Iglesia también hay fallas y escándalos que nos pueden afectar. Es normal
que tengamos miedo, pues muchas veces no sabemos por dónde tirar y no vemos
salida.
3. Los miedos nos destruyen cuando nos llevan a perder la confianza. Y no es
suficiente con haber sido bautizados y decirnos cristianos. Según el evangelio, los
discípulos van en la misma barca que Jesús; y ante la tempestad el miedo los
embarga y pierden la confianza. No se han encontrado todavía personalmente con
Jesucristo, no tienen confianza cuando llegan las dificultades y el peligro. Pero no es
lo mismo tener confianza que ignorar los peligros o ser ingenuos. El que vive la
presencia de Alguien que nos ama y está más íntimo a nosotros mismos, ocurra lo
que ocurra, es capaz también de procesar los miedos, porque la última palabra que
sustenta la realidad y los acontecimientos no es el fracaso y la muerte, sino el amor
y la vida.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net