“Un hombre plant una via”
Mc 12, 1-12
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. JESÚS SE PUSO A HABLAR EN PARÁBOLAS A LOS SUMOS SACERDOTES, LOS
ESCRIBAS Y LOS ANCIANOS.
Jesús, nuevamente no habla a través de una parábola, esta es toda una alegoría, con un
carácter muy didáctico y moralizante. Esta parábola alegorizante la traen los tres Evangelios
sinópticos. El esquema fundamental es semejante en los tres, pero va evolucionando
literariamente y se va haciendo simbólica. Con ella Jesús hace ver que con su muerte se
quita el privilegio al Israel carnal (Gal) como transmisor exclusivo del mesianismo, y esta
viña que es Israel se universaliza. Es el mesianismo universal.
Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y
les dijo. (Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se
refería a ellos.) “Un hombre plant una via, la cerc, cav un lagar y construyó una torre de
vigilancia. Después la arrend a unos viadores y se fue al extranjero.”
La descripción de la viña es costumbrista, era algo común en Galilea, que ciertos dueños
arrendasen sus tierras y ellos se marchasen a vivir a tierras lejanas
2. LA VIÑA ERA ISRAEL DESDE TIEMPOS DE ISAÍAS
En esta parábola, el dueño de la viña es Dios, la viña es Israel, así es como una de las
expresiones más características para simbolizar a Israel desde Isaías, era la viña. En el
templo herodiano de Jerusalén, una gran vid de oro macizo y de proporciones colosales,
colocada encima de la entrada del santuario, significaba a Israel. Los elementos
descriptivos de la viña no tienen valor independiente: es sólo el cuadro y el esmero con que
Dios la puso. Los viñadores a quienes se arrienda es Israel, destacándose a los dirigentes
espirituales, que son los principales cultivadores espirituales de la misma. Los siervos que
envían a su viña para recoger los frutos de aquella etapa y acelerar la fructificación de esta
viña son los profetas. Basta recordar a Elías injuriado por Jezabel; Isaías, según la tradición
judía, fue aserrado; Jeremías, lapidado en Egipto; Miqueas, aprisionado por Acab; Zacarías,
apedreado por orden del rey Joás; el Bautista, decapitado por orden de Antipas; Jesús y los
apóstoles, perseguidos y martirizados.
3. SE LA ALQUILÓ A UNOS VIÑADORES Y SE FUE DE VIAJE AL EXTRANJERO
El dueño que, después de arrendar la viña, marchó a otro país por mucho tiempo, como se
trata de Dios, es una ficción literaria para dar lugar al desarrollo histórico de la alegoría. A
su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos
que le correspondía. Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
Los viñadores maltratadores y homicidas es la conducta de Israel con los profetas y
enviados de Dios para ver el estado de Israel en que aparecen y fructificarlo en santidad:
que diese fruto. El fruto que van a buscar y alentar es el progresivo fructificación religioso y
moral de Israel para irse así preparando a recibir al Mesías.
4. LES ENVIÓ A OTRO SERVIDOR, Y A ÉSTE TAMBIÉN LO MALTRATARON Y LO
LLENARON DE ULTRAJES
Dice el Evangelio; De nuevo les envió a otro servidor, y a éste también lo maltrataron y lo
llenaron de ultrajes. La actitud del dueño que envía, sucesivamente, nuevos mensajeros
para ver el rendimiento de su viña es la paciencia de Dios, atenta al desenvolvimiento del
plan de su providencia. La conducta deliberativa del dueño en enviar a su hijo está
expresada antropomórficamente, es decir por la tendencia a atribuir rasgos y cualidades
humanas a las divinidades. Es una forma de reconocer que es el heredero de la viña, es
decir, de las promesas mesiánicas. Su hijo se lo envía por último. Se indica veladamente,
máxime a la hora de la redacción, que, si es Hijo, es de la misma naturaleza divina de su
Padre.
5. TODAVÍA LE QUEDABA ALGUIEN, SU HIJO, A QUIEN QUERÍA MUCHO
Dice el Evangelio: Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó
en último término, pensando: 'Respetarán a mi hijo. Pero, al verlo, los viñadores se dijeron:
Éste es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra'. Y apoderándose de él, lo
arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Los viñadores, las autoridades judías y la parte del pueblo seducido acuerdan matarlo. Es el
propósito de su muerte. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Se
refiere aquí a Jerusalén. Jesús padeció su muerte fuera de la puerta de la ciudad. El
Calvario, en los días de Jesús, estaba fuera de los muros de Jerusalén, ya que este muro
fue edificado por Agripa I.
6. ¿QUÉ HARÁ EL DUEÑO DE LA VIÑA?
Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. El castigo que se anuncia a
los viñadores, al Israel de esta época histórica, es doble: Por eso les digo que el Reino de
Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus
frutos. Este anuncio profético de Jesús tuvo un cumplimiento histórico trágico: castigo a
Palestina por Vespasiano, que culminó con la destrucción de Jerusalén el año 70 por Tito.
El Israel étnico terminó como transmisor de la revelación y de las promesas mesiánicas y
pasó al Israel de Dios (Gal 6:16), la Iglesia.
7. LOS FRUTOS QUE EXIGE EL SEÑOR EN ESTA NUEVA VIÑA
Dios el propietario, la viña el pueblo elegido de Israel, los siervos los profetas, el hijo el
mismo Jesús, muerto fuera de las murallas de Jerusalén, los viñadores los homicidas, los
judíos los infieles y a quienes se les confiara la viña, el nuevo pueblo que le hará producir
sus frutos. Los frutos que exige el Señor en esta nueva viña, son las buenas obras, la
justicia, el amor al prójimo, la caridad y el camino hacia la santidad de la vida.
Dios, dueño de la viña, cuido a su Pueblo Israel, hoy cuida a su pueblo cristiano con gran
cariño y solicitud.
8. ESTEMOS ATENTOS A LOS ENVIADOS DE DIOS
Dios nos ha enviado a muchos mensajeros de su palabra y lo ha hecho de diversas formas,
“Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo”, (Hech13,4), por tanto hay que estar atentos al
Espíritu.
También llegan a nuestros corazones a través del Espíritu, su mensaje, sus consejos, su
luz, sus advertencias, sus observaciones. Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy
su voz, no endurezcáis vuestros corazones (Hebreos 3, 7-8)
Y el Padre nos ha enviado a su propio hijo, al mismo Jesús, a nuestro único maestro que
nos ha enseñado la Buena Noticia del Evangelio, mensaje de vida, palabras de vida eterna.
Jesús no ha enviado a su Espíritu Divino, para que fecundara en nosotros la vida de la
Gracia.
Entonces parece bueno detenerse un momento a fin de preguntarse, como estamos
recibiendo a los enviados de Dios y a su propio hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
El Señor les Bendiga