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Día litúrgico: Viernes IX del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 12,35-37): En aquel tiempo, Jesús, tomando la
palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el
Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el
Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de
tus pies’. El mismo David le llama Seor; ¿cmo entonces puede ser hijo suyo?». La
muchedumbre le oía con agrado.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús, el nuevo David
Hoy, en disputa con los fariseos, Jesús mismo da al Salmo 110 una nueva
interpretación. Efectivamente, a la idea del Mesías como nuevo David con un nuevo
reino davídico, Jesucristo contrapone una visión más grande acerca de Aquel que
ha de venir: el verdadero Mesías no es el hijo de David, sino el "Señor de David";
no se sienta sobre el trono de David, sino sobre el trono de Dios.
Tradicionalmente, se considera a David como el autor principal de los Salmos:
aparece, así, como quien guía e inspira la oración de Israel, quien reúne todos sus
sufrimientos y esperanzas. En la Iglesia naciente, Jesús fue considerado muy
pronto como el nuevo y el auténtico David. Por eso, sin rupturas, pero de modo
nuevo, los Salmos podían ser recitados como una oración en comunión con
Jesucristo.
—En los Salmos es siempre Cristo quien habla, a veces como Cabeza, a veces como
Cuerpo. Pero, por Jesucristo, nosotros somos ahora un único sujeto y podemos —
junto con Él— hablar realmente con Dios.
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