1
C OMO UNA PROCESIÓN ININTERRUMPIDA
D OMINGO C ORPUS C HRISTI (M C 14,12-16.22-26)
10 DE JUNIO DE 2012
Con la fiesta del Corpus me vienen a la memoria mis aos de seminario en Toledo.
Grandes atavíos mientras con respeto se adora a Dios que pasa. Hasta en los pueblos más
humildes donde se celebra la procesin del Corpus, se engalanan balcones, se esparcen
tomillos por las calles, porque el que viene es bendito, es Dios. La fiesta del Corpus Christi
pertenece a la historia de nuestro pueblo creyente, que ha recordado, honrado y agradecido
la Presencia del Seor entre nosotros: la santísima Eucaristía.
Él prometi no dejarnos solos; nos dijo que estaría con nosotros todos los días. Y esta
presencia de Aquel que ha sido más fuerte que la muerte, se concreta en el memorial de su
amor y su entrega, en el recuerdo vivo de su muerte y resurreccin. Como nos dice el
evangelio de este domingo de Corpus, Jesús se ha hecho nuestra comida y nuestra bebida,
su Cuerpo y su Sangre dados en alimento inesperado e inmerecido... siempre. La carne y la
sangre de la que habla Jesús no es una invitacin a una extraa antropofagia, sino un modo
plástico de indicar que Él no es un fantasma. Comer este Pan que scia todas las hambres
significa adherirse a Jesús, es decir, entrar en comunin de vida con Él, compartiendo su
destino y su afán, hacerse discípulo suyo, vivir con Él y seguirle.
Atender a Jesús, seguirle, nutrirse en Él, no significa desatender y abandonar a los
demás. Torpe coartada sería ésa de no amar a los prjimos porque estamos "ocupados" en
amar a Dios. Jamás los verdaderos cristianos y nunca los auténticos discípulos que han
saciado las hambres de su corazn en el Pan de Jesús, se han desentendido de las otras
hambres de sus hermanos los hombres. Por eso comulgar a Jesús no es posible sin
comulgar también a los hermanos. No son la misma comunin, pero no se pueden separar.
Y esto lo ha entendido muy bien la Iglesia cuando al presentarnos hoy la fiesta del Corpus
Christi en la cual adoramos a Jesús en el sacramento de la Eucaristía, nos presenta al mismo
tiempo a los pobres e indigentes, en el día nacional de Cáritas. Difícil es comulgar a Jesús,
ignorando la comunin con los hombres. Difícil es saciar el hambre de nuestro corazn en
su Pan vivo, sin atender el hambre básica de los hermanos.
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
2
Hemos de adorar a Jesús-Eucaristía y hemos de reconocerlo también en ese sagrario
de carne que son los hermanos, especialmente los más desheredados. Venid adoradores y
adoremos. La procesin del Corpus no slo debe ser en este día, y no slo en lo
extraordinario de unas calles engalanadas al efecto. También maana, también en los días
laborables, en el surco de lo cotidiano, los cristianos debemos seguir nuestra procesin de
la Presencia de Jesús en nosotros y entre nosotros. Él está ahí, esperando que le llevemos y
que le reconozcamos. Aquel que dijo estaré siempre con vosotros, nos dijo también que los
pobres siempre los tendríamos. Es la procesin de la vida, en donde Dios y cuanto Él ama
nos esperan y nos envían.
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo