Lectio Divina: Solemnidad. Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Autor: P. Chuno, C.M.
Tabla de contenidos de este artículo
Ambientación:
Oración inicial
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Oración final
LA PALABRA HOY: Éxodo 24,3-8; Salmo 115; Hebreos 9,11-15; Marcos 14,
12-16.22-26
Ambientación: Un pan grande, adornado con algunas espigas, el cual se
compartirá al final entre los participantes.
Cantos sugeridos: En su mesa hay amor; Cantemos al amor de los amores
Ambientación:
Pasar por la vida haciendo el bien y hacer del mundo y de la vida una búsqueda
continua de servicio y de fraternidad, es el mejor signo de que nos alimentamos del
Señor.
Que el reconocer a Jesús en la Eucaristía nos ayude a reconocerlo también en todos
los hermanos, y de modo especial en los que más sufren.
Oración inicial
Señor Jesús:
Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y
continúa como comunión y donación de todo lo que eres.
Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.
Nuestro corazn se llena de gozo y de esperanza al saber que vives “siempre
intercediendo por nosotros”
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado
contigo hacia el Padre.
Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el
centro, el principio y el fin de todo.
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Nuestra vida no tiene sentido sin ti. AMÉN
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
Mateo 14, 12-16.22-26
Motivación: Marcos nos relata la celebración de la pascua de Jesús con sus
discípulos, pero ahora Él es el Cordero que se entrega para darnos vida; Jesús nos
da su Cuerpo y su Sangre para sellar la Alianza definitiva; Él es nuestro alimento de
salvación y, ofrecido a todos, nos abre a la esperanza de la mesa junto a Dios.
Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Quién toma la iniciativa en todo lo que se refiere a la preparación de la cena?
¿Por qué Jesús pone tanto cuidado en la celebración de esta fiesta?
¿Qué gestos realiza Jesús durante la cena? ¿Qué palabras acompañan estos gestos?
¿Qué quiere expresar con ellos?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 26,17-19.26-29; Lc 22,7-13.15-20.
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
Motivación: No basta con repetir materialmente los gestos y las palabras de Jesús.
En cada Eucaristía, el Señor nos invita a identificarnos con las actitudes de fondo
que le llevaron a entregar su vida por todos. Si nuestra comunión no es expresión
de esta nueva alianza de amor con Dios y con los demás, será un rito vacío de
contenido.
¿La celebracin de la Eucaristía te ayuda a crecer en la “comunin” con el Seor?
Un pan que se parte, una copa de vino que se derrama… ¿cmo te interpelan estos
gestos?
¿Cómo puedes actualizar estos gestos en tu vida diaria? ¿Te descubres a ti mismo
como una “persona eucarística”?
¿Cómo vivo la celebración de la Misa cada domingo?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: La Eucaristía es fuente y culmen de toda oración, y nuestra plegaria al
final de este encuentro no quiere desvincularse de ella, que es la celebración de la
fe por excelencia.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación : Para San Vicente, la Eucaristía es el testamento del Señor a su
Iglesia. Es el último signo de su amor, la fuente de donde brota la perenne vida de
la Iglesia. A una Hija de la Caridad le dice:
“Cuando instituy el santo Sacramento, dijo a sus apstoles: he deseado
ardientemente comer esta Pascua con ustedes. Pues bien, como el Hijo de Dios,
que en la santa Eucaristía se da a sí mismo, lo deseó con un deseo tan ardiente,
¿no es justo que el alma que desee recibir este soberano bien, lo desee con todo
corazón?
Lo que les dijo a sus apóstoles, estén seguras, hijas mías, que se lo dice también a
cada una de ustedes. Por eso hay que procurar excitar su deseo con algún buen
pensamiento. Deseas venir a mí, Señor mío; ¿y quién soy yo? Pero yo, Dios mío,
deseo con todo mi corazón ir a ti, porque eres mi soberano bien y mi fin último.
(IX,312)
A un hermano moribundo le dice: Además, como el amor es infinitamente
inventivo, tras haber subido al patíbulo infame de la cruz para conquistar las almas
y los corazones de aquellos de quienes desea ser amado…, previendo que su
ausencia podía ocasionar algún olvido o enfriamiento en nuestros corazones, quiso
salir al paso de este inconveniente instituyendo el augusto sacramento donde él se
encuentra real y substancialmente como está en el cielo. (XI,65)
Compromiso: Celebrar con gratitud y gozo la eucaristía dominical, prolongándola
en la semana mediante gestos de solidaridad y de entrega a los demás.
Oración final
Vivifícanos Señor en ti por tu Cuerpo y tu Sangre,
y haz que seamos sensibles a tu presencia
viva y real en la Eucaristía,
sintiendo y viendo que ahí estás Tú,
el mismo que nació de María Virgen,
el que murió en la cruz, el que resucitó y está vivo,
y que ahora estás
continuamente presente en la Eucaristía.
Danos Señor, la gracia de encontrarte
vivo y presente en la Eucaristía.
para que ahí nos transformes y renueves
uniéndonos siempre más a ti.
Que así sea.
Con permiso de somos.vicencianos.org