“No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”
Mt 5, 33-37:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. NO JURARÁS FALSAMENTE, Y CUMPLIRÁS LOS JURAMENTOS HECHOS AL
SEÑOR.
El mal produce el los hombres palabras de desconfianzas, mentiras y falsedades, se habla
con hipocresía y lo peor, es el abuso de la palabra en juramento con falsas promesas.
Jesús nos encamina y nos orienta a ser hombres sencillos y fieles en todo y con todos, con
una conducta sincera, franca en el trato con los demás.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No jurarás
falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. El uso de los juramentos había
venido a ser un abuso en Israel, no precisamente por el perjurio (Ex 20:7; Dt 5:11; Núm
30:3), sino por deducir por una casuística inverosímil (Núm 30:3) que todo lo que se hiciese
bajo voto era mejor que no hacerlo sin él, pues era un acto religioso. Se juraba por Dios, por
el cielo, por el Todopoderoso, por el templo, por esta morada, sinónimo del mismo; por el
altar, por la Alianza , por la Thorah (la ley), por la Consolación de Israel (Mesías). A veces la
fórmula empleada era negativa, y se decía yo (juro) no querer ver la Consolación de Israel
si….hago o sucede tal cosa; o en forma positiva: Yo juro que quiero ver muertos a mis hijos
si…..sucede tal cosa. Se juraba que comería o que no comería, que comió o que había
comido, que daría o no tal cosa a otro, que se entregaría al sueño o no, etc.
2. PERO YO LES DIGO QUE NO JUREN DE NINGÚN MODO
Después de haber establecido y metido la vida en un aprieto, invalidaban, mediante una
casuística reglamentada, el cumplimiento de multitud de ellos. Concretamente, declaraban
inválidos aquellos en los que no estuviese expreso el nombre de Dios, aunque eran hechos
a Dios. Y ante este desbordamiento de irreverencia y el relajamiento en lo moral, Jesús sale
por el honor de su Padre.
Entonces le dice Jesús; Pero yo les digo que no juren de ningún modo. No es que lo
excluya en absoluto, pues El mismo responderá ante la conjuración que por Dios le hace
Caifás, sino que es la forma rotunda de expresión contra la moral relajada.
También dice Jesús; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el
estrado de sus pies; destacando algunos juramentos, como modelo y más frecuentes, que
se hacían por las criaturas, para hacer ver que en ellos está Dios y que por eso se
utilizaban, y dice ni por el cielo, pues es la morada de Dios; allí está el trono de Dios (Is
66:1); ni por la tierra, pues también en ella está Dios.
3. LA CIUDAD SANTA
Se lee en el Talmud: Si alguno dice, en un juicio, Yo os conjuro, o yo os obligo, por
juramento, son culpables, si no cumplen el testimonio a que se les obliga. Pero si dicen
solamente: Por el cielo y por la tierra, quedan libres, de la obligación de responder al
testimonio que se les pide. Si se los conjura por el Nombre divino, o por los atributos
divinos, son culpables si no responden a la conjuración que se les hace. Jesús censura aquí
un juramento que era especialmente valorado por los rabinos.
También dice Jesús; Ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey, que es Dios, en la
que puso su nombre. Por eso es la Ciudad Santa.
Jesús dice: No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro
uno solo de tus cabellos. Ni por tu cabeza jures tampoco, pues aun en este juramento se
incluía a Dios. Se lo incluía al usar la palabra técnica jurar, y porque ella es la
representación del hombre, que está bajo el dominio de Dios. Por eso no puede cambiar por
un acto de su determinación el color de sus cabellos.
4. CUANDO USTEDES DIGAN SÍ, QUE SEA SÍ, Y CUANDO DIGAN NO
Ante esta frivolidad religiosa, Jesús propone Cuando ustedes digan sí, que sea sí, y cuando
digan no, que sea no. pues, además de salvar el honor de Dios, se trata de revalorizar la
dignidad y lealtad del hombre.
Añadiéndose todo lo que pasa de esto, de decir sí o no, procede del mal, Todo lo que se
dice de más, viene del Maligno, en su obra de mal contra el Reino. Además, que el Maligno
al introducir la mentira y el mal en el mundo (Jn 8:44), hizo necesaria, a veces, la garantía
del juramento.
5. EL QUE SABE EXPRESARSE, EL QUE SABE HABLAR DE VERDAD
De esta forma de expresarse san Mateo no se sigue que se niegue la legalidad del
juramento en ocasiones. La fórmula rotunda de prohibición no es más que el exceso de un
estilo oratorio y oriental. A lo que era un abuso total se le opone en este estilo una
prohibición total. Pero como contraprueba de su permisión está que Jesús responde a la
conjuración que le hace Caifás, lo mismo que la práctica de San Pablo y el ángel del
Apocalipsis, que jura por el que vive por los siglos (Ap 10:6).
El que sabe expresarse, el que sabe hablar de verdad, no es el que utiliza bellos términos
para impresionar, si el corazón no es sincero, las palabras no se oirán como verdad, sin
embargo, el que habla con el corazón sabe hablar bien y con sencillez, sus palabras
muestran sinceridad y convicción. Al hablar con nuestros hermanos, hagámoslo con lealtad,
sin fingimiento, sin hablar de frente algo y de espalda otra cosa.
Que Cristo Jesús, María y José en sus corazones