“Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal”
Mt 5, 38-42
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE
Ustedes han oído que se dijo…. Pero yo les digo… Jesús, nos reafirma su autoridad
divina, por sobre la ley, por sobre los profetas, por encima de los legisladores, es una
afirmación clara de su divinidad.
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por
diente. La llamada ley del talión toma su nombre de su incorporación a la ley romana
Las frases con que aparece citada eran las primeras con las que aparece formulada en
la Ley (Ex 21:24.25v; Dt 19:18.21v). Era la ley vigente en el Oriente bíblico. Esta
legislación, tan chocante con la mentalidad que hoy tenemos, nacía precisamente de un
espíritu de justicia y moderación. Si la injusticia privada fácilmente degenera en reyerta y
ésta en abuso, ley del talión tendía a prevenir y evitar éstas trifulcas. Era la justicia
tasada materialmente: Ojo por ojo, pero no más que el equivalente material de la ofensa
hecha. Aunque también se admitía en la antigüedad la sustitución de esta tasación
material por una equivalencia en especie o dinero (Ex 21:26-35). Sin embargo, no es
seguro si en la época de Jesús regía la sustitución pecuniaria o equivalente de la ley del
talión, En la literatura rabínica hay indicios de estar vigente estrictamente esta ley, al
menos en casos concretos. El historiador Judío Flavio Josefo dice que era practicada si
el agredido no aceptaba la compensación económica. Y este principio es el que Jesús
toma en su primitiva formulación para preceptuar a sus discípulos un amplio espíritu de
justicia, y aún más, desbordada por la caridad.
2. EL ESPÍRITU GENEROSO DE CARIDAD
Pero es bueno aclarar que esta justicia que va a exponer Jesús, no es la abolición de la
justicia pública, la que es necesaria para la existencia misma de la sociedad.
Recordemos que el mismo Jesús dijo: Dad al César; ni tampoco trata de que sus
discípulos renuncien a sus derechos ante la justicia pública, pues se haría la vida
humana imposible en multitud de casos. El mismo hará ver esto con su ejemplo en san
Juan 18:22.23. Al oír esto, uno de los guardias que estaba allí le dio a Jesús una
bofetada en la cara, diciendo: ¿Así contestas al sumo sacerdote? Jesús le dijo: Si he
respondido mal, demuestra dónde está el mal. Pero si he hablado correctamente, ¿por
qué me golpeas?
Lo que Jesús enseña, en una forma oriental, concreta, extremista y paradójica, es cuál
ha de ser el espíritu generoso de caridad que han de tener sus discípulos en la práctica
misma de sus derechos de justicia. Por eso, al ojo por ojo, dirá como temática
paradójica de este espíritu de caridad, dice Jesús: Pero yo les digo que no hagan frente
al que les hace mal, es decir, no resistáis al mal, por el contexto, al hombre malo, al que
le hace mal. Y Jesús ilustra aún este principio con cuatro casos, que harán ver con
grafismo su pensamiento. Al final de ellos se sintetizará su intento.
3. SI ALGUIEN TE DA UNA BOFETADA EN LA MEJILLA DERECHA ,
PRESÉNTALE TAMBIÉN LA OTRA
Jesús nos dice en el primer caso; Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha,
preséntale también la otra. La paradoja es clara. El citar concretamente una mejilla es
debido a que el detalle agrada al pueblo y fija la atención. El que sea la derecha no tiene
ningún valor especial, aunque algunos lo pensaron basándose en sutilezas. Lucas, 6; 9
en el lugar paralelo, dice: Al que te hiera en una mejilla, ofrécele la otra. Es una
expresión tomada del lenguaje popular. En la literatura rabínica se lee: Cuando alguno
te abofetee en la mejilla izquierda, preséntale aún la derecha. Es matiz característico de
san Mateo.
4. AL QUE QUIERE HACERTE UN JUICIO PARA QUITARTE LA TÚNICA ,
DÉJALE TAMBIÉN EL MANTO
Jesús nos dice en segundo caso; Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica,
déjale también el manto; La túnica y el manto eran las dos piezas usuales del vestido
palestino de la época. La escena parecería evocar un caso de reclamación ante un
tribunal. Ante este pleito, Jesús diría, paradójicamente, que le diese también el manto,
sobre el que no había cuestión. La Ley exigía que el que tomase en prenda el manto del
prójimo se lo devolviese antes de la puesta del sol, pues tan necesario le era (Ex
22:25.26).
5. SI TE EXIGE QUE LO ACOMPAÑES UN KILÓMETRO, CAMINA DOS CON
ÉL
Jesús nos dice en tercer caso: si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos
con él. Esta sentencia es propia del evangelio de san Mateo. Esta exigencia, equivale a
la palabra requisar, que es de origen persa. Los oficiales y servidores del rey, para
poder cumplir mejor su oficio de mensajeros, estaban autorizados a requisar a personas
o medios de transporte que encontrasen a mano. Los romanos tomaron de los persas la
misma palabra y la institución. Naturalmente, este derecho se prestaba en la práctica a
toda clase de abusos. En labios de Jesús tiene la palabra mayor amplitud, pues se
refiere al espíritu que ha de informar la conducta de sus discípulos. El mismo término
cualquiera que te requise acusa el propósito genérico de la lección de Jesús en la vida
cotidiana, si te exige que lo acompañes un kilómetro, Jesús propone responderle con
dos.
6. DA AL QUE TE PIDE, Y NO LE VUELVAS LA ESPALDA AL QUE QUIERE
PEDIRTE ALGO PRESTADO
En el cuarto caso, Jesús dice; Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere
pedirte algo prestado. Este cuarto ejemplo con el que Jesús expone su doctrina
parecería tratarse, en la primera parte, del ejercicio de la limosna, y en la segunda, de
dar facilidades materiales en la vida del prójimo. Pero ateniéndose al tono general de
este contexto, en el que se acusan exigencia o insolencia por abuso — la bofetada, el
despojo del manto, la requisa —, probablemente este último punto ha de ser situado en
el plano de lo exigente. Puede ser el caso de una petición de préstamo en condiciones
de exigencia o insolencia. A esto lleva la sentencia paralela de Le: Da a todo el que te
pida y no reclames a quien toma lo tuyo (Lc 6:30). Según el Antiguo Testamento, el
préstamo al pobre debía ser hecho sin beneficios. Expresión aún con más amplificación.
7. EL CRISTIANO DEBE TENER SU CARIDAD AL PRÓJIMO
La doctrina de Jesús, que se desprende de estos casos concretos en que la expone, es
que el cristiano debe tener su caridad al prójimo tan acentuada, que en los casos
mismos de ofensa o abuso, como en la bofetada, o en los que tiene la justicia a su favor,
la túnica, requisa, préstamo, debe tener su disposición de ánimo en tal estado que, por
su parte, esté dispuesto al perdón y a la generosidad con su adversario. Por lo que no
quiere decir, en verdad, que ponga la otra mejilla para recibir otra bofetada, lo que era
provocar al enemigo a una nueva injuria, y análogamente hay que decir lo mismo de los
otros casos, pues sería provocador de nuevas injurias el que así hiciese.
Es, por el contrario, con esa forma un tanto paradójica de hablar, un modo de exponer la
actitud de caridad y perdón que se ha de tener con el adversario; no sólo perdonar a la
primera injuria, sino estar preparado a perdonar nuevas ofensas, ofreciéndole así, con la
otra mejilla, toda la generosidad de su perdón. Cuando a Jesús, en el sanedrín, un
soldado le dio una bofetada, Jesús no le ofreció la otra mejilla, sino que le dijo: Si he
respondido mal, demuestra dónde está el mal. Pero si he hablado correctamente, ¿por
qué me golpeas? Acaso esté también en la perspectiva de san Mateo la persecución por
Jesús
8. JESÚS, NOS VUELVE A PEDIR, QUE AMEMOS AL PRÓJIMOS, COMO A
NOSOTROS MISMOS.
Las leyes, favorecían más a la Justicia que la misericordia, Jesús prefiere la
misericordia, El ennoblece los sentimientos profundos, los corazones sinceros y
compasivos, ante la práctica del rigor de la ley, la ley del Talión responde al espíritu de
la justicia, pero no al del Evangelio, que es el espíritu de caridad. Dice el Señor; Da al
que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Es decir
seamos benevolentes, piadosos, clementes, compasivos, tengamos caridad por
nuestros hermanos, no le neguemos lo que necesiten, tengamos disposición de ayudar
y no de volver las espaldas. Jesús, nos vuelve a pedir, que amemos al prójimos, como a
nosotros mismos.
Que Cristo Jesús viva en sus corazones