Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Memoria de San Ireneo, Obispo y Mártir
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Quien sirve al Señor debe ser amable con todos y ha de
corregir con dulzura * El Señor es mi pastor, nada me falta. * Quiero que donde yo
esté, también estén ellos conmigo
Textos para este día:
Timoteo 2, 22-26:
Querido hermano: Procura llevar una vida de rectitud y de fe, de amor y de paz,
junto con los que invocan sinceramente al Señor. Evita las discusiones tontas y
absurdas, que sólo provocan altercados.
Ahora bien, quien sirve al Señor no debe provocar altercados; al contrario, debe ser
amable con todos, y estar dispuesto a enseñar; debe ser paciente y ha de corregir
con dulzura a quienes lo contradicen. Quizá Dios les dé ocasión de convertirse y de
conocer la verdad. Quizá se arrepientan y se libren de las trampas con que el diablo
los tiene atrapados y sujetos a su voluntad.
Salmo 22, 1-3A.3B-4.5.6:
El Señor es mi pastor, nada me falta: en prados de hierba fresca me hace
descansar, me conduce junto a aguas tranquilas y renueva mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por un
valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo; tu vara y tu bastón
me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungüento
mi cabeza y mi copa está llena.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré por
siempre en la casa del Señor.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Juan 17, 20-26:
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:
«Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en
mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en
ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has
enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos
uno. Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo
conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí. Padre, quiero
que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que
contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la
creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han
conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré
dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en
ellos».
Homilía
Temas de las lecturas: Quien sirve al Señor debe ser amable con todos y ha de
corregir con dulzura * El Señor es mi pastor, nada me falta. * Quiero que donde yo
esté, también estén ellos conmigo
1. Un hombre y un nombre de paz
1.1 Ireneo viene de la palabra griega eirene que significa paz. Este santo obispo fue
eso: un hombre con un nombre y una obra de paz. Pero ello no es evidente cuando
uno mira el título de su obra más conocida, que parece un grito de batalla: Contra
las Herejías.
1.2 La paz que vivió y predicó Ireneo no es el irenismo, una palabra que también
viene de la eirene griega. El irenismo es esa paz superficial que consiste en evitar
las discusiones aunque se sepa que las mentes están pensando cosas opuestas. El
irenismo es la renuncia a la verdad y es la cobardía de preferir que los problemas
estallen en el futuro mientras en el presente hacemos de cuenta que podemos
tolerarnos.
1.3 La paz de Ireneo es la paz de los corazones que descansan agradecidos en una
verdad común. Es la paz de la con-cordia, palabra que alude a eso: corazón unidos.
por eso es una paz que requiere la predicación vigorosa e incluso la guerra contra lo
que pueda ocultar o desfigurar la verdad.
2. La verdad de la Carne de Cristo
2.1 Es muy interesante, al recorrer las controversias doctrinales de Ireneo, ver que
lo que estaba en disputa esencialmente, en el siglo II, es la realidad de la
Encarnación. Si la carne de Cristo no es como la nuestra, entonces su dolor no es
como el nuestro, y entonces su pasión y su cruz en el fondo son irrelevantes,
equivalen a un dibujo o la fantasía de algún artista.
2.2 Si la carne de Cristo no importa, lo único que importa es lo que él dijo, la idea
que él trajo, el conocimiento que aportó. "Conocimiento" en griego se dice gnosis.
Ireneo por eso ve en el gnosticismo la gran negación de la verdad de Dios, porque
pretende negar la Encarnación, los Sacramentos y el valor intrínseco del amor
mostrado en la Cruz.
2.3 Contra las Herejías es además un libro que en cierto modo inaugura lo que hoy
llamamos la "teología sistemática," o sea, la exposición del contenido de la fe de un
modo razonado, y según el mismo contenido, y no, por ejemplo, el comentario a
algún libro de la Escritura. Tras Ireneo, otros autores seguirán ese camino, hasta
llegar a las grandes cumbres del pensamiento cristiano.
Fr. Nelson Medina, O.P.