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Día litúrgico: Lunes XIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mt 8,18-22): En aquel tiempo, () un escriba se acercó [a
Jesús] y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Dícele Jesús: «Las
zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene
donde reclinar la cabeza ().
Comentario: Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Pobreza: "des-atados" para ser libres
Hoy un escriba nos sorprende con su deseo de seguir a Jesús. Los escribas suelen
aparecer hostiles al Señor, pero Él no tiene prejuicios y le presenta la condición
esencial del discípulo: pobreza y desprendimiento, de los que Él mismo es modelo,
pues no está atado a nada ni a nadie.
La libertad es la tremenda capacidad de escoger, y requiere una gran madurez
personal. Es uno de los derechos humanos más reivindicados, pero quizá el peor
comprendido. A menudo se cree que para ser libre hay que poseer riquezas, poder,
influencia, autoridad. Pero la propiedad es una trampa: lo que creemos poseer, nos
posee y esclaviza. La libertad evangélica es lo contrario: desprenderse, vaciarse,
ser pobre. Es cuando somos soberanamente libres.
—Señor, nos has dicho que la Verdad nos hace libres. Danos tu Espíritu para que
nada pueda arrebatarnos este tesoro y sólo Tú nos poseas y nosotros te poseamos.
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