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Día litúrgico: Domingo XIV (B) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 6,1-6): En aquel tiempo, Jesús fue a su patria, y sus
discípulos le seguían. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La
multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué
sabiduría es ésta que le ha sido dada? (). Y se escandalizaban a causa de Él.
Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa
carece de prestigio (). Y se extra de su falta de fe.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús no quita nada de la "Torá", sino que "añade": se añade a Sí mismo
Hoy sobresale la "controversia" alrededor de Jesús de Nazaret. En otros lugares del
Evangelio vemos cmo polemizan y se "escandalizan" los fariseos y escribas
Ahora también sus propios paisanos y familiares: creen conocerle, pero en realidad
no le conocen. Para conocerle es necesaria la fe: ¡no bastan los milagros!
El "Yo" de Jesús ("Yo os digo") causa en sus oyentes un "conflicto". Sus
interlocutores captan que Jesús no quita nada de la sagrada "Ley"; todo lo
contrario, añade. ¡Pero se añade a sí mismo!: Él es la "Torá", Él es mayor que el
Templo y Señor del Sábado... He ahí el núcleo del "espanto" de los judíos: la
centralidad del Yo de Jesús en su mensaje, que da a todo una nueva orientación. La
perfección (ser santo como lo es Dios) exigida por la "Torá" consiste ahora en
seguir a Jesús.
—Esta misteriosa equiparación de Jesús con Dios que se refleja en sus palabras es,
justamente, el centro de la fe cristiana: ¡Jesús, Tú eres el Hijo de Dios!
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