Lectio Divina: 14º Domingo De Tiempo Ordinario B
Autor: P. Chuno, C.M.
Ambientación:
Oración inicial
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Oración final
LA PALABRA HOY: Ezequiel 2,2-5; Salmo 122; 2 Corintios12, 7-10; Marcos 6,1-6
Ambientación: Imágenes de situaciones de pobreza extrema, de excluidos, de
rostros donde nos resulta difícil reconocer el rostro de Jesús. Frase: Los tenía
desconcertados.
Cantos sugeridos: El profeta; Con nosotros está y no le conocemos
Ambientación:
El texto de hoy nos recordará que siempre ha habido profetas que, en medio de la
vida, nos han hecho caer en la cuenta de la presencia de Dios. Nosotros, discípulos
de este tiempo, estamos designados a escuchar la llamada de Dios en nuestra vida
y a cumplir la misión de hacer presente a Dios en el ambiente en el que vivimos.
Oración inicial
Perdón por las veces
que dudamos y desconfiamos…
que no nos abrimos a tu accin en nosotros…
que no te buscamos de corazn…
que somos indiferentes a ti…
que no hacemos nuestro camino de fe…
que no gastamos tiempo para las cosas del corazn…
que buscamos pretextos para no creer…
que miramos la vida solo con nuestros ojos y no con los ojos de Dios…
que Dios no ocupa el centro de nuestra vida…
que no seguimos las enseñanzas del Seor…
que no tomamos a Jesús como camino, verdad y vida…
Señor, no permitas que la dureza de nuestro corazón
impida que te encontremos.
Ven Señor, en nuestra ayuda
y danos la gracia de creer siempre en ti. Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
Marcos 6, 1-6
Motivación: Dios se manifestó en Jesús de tal manera que aparentemente fue uno
de tantos, un vecino más de Nazaret. La novedad que trae Jesús es rechazada por
sus paisanos y familiares que mantienen ante él una actitud muy parecida a la de
los fariseos y maestros de la ley. La fe es la llave que nos permite mantenernos
abiertos a la salvación que Dios ofrece. Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿En qué lugar se desarrolla la escena? ¿Cómo escuchaba la gente a Jesús?
¿Qué preguntas hacen sobre él? ¿Qué esconden esas preguntas?
¿Cómo reacciona Jesús ante la incomprensión de sus paisanos?
¿Por qué no pudo realizar ningún milagro en Nazareth?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 13,53-58; Lc 4,16-30.
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
Motivación: Las enseñanzas de Jesús, incluso sus curaciones, provocan rechazo e
incredulidad entre la gente de su pueblo. La novedad que trae Jesús, la novedad del
reinado de Dios y su dinámica, también nos puede parecer en ocasiones extraña y
difícil de poner en práctica.
La gente de Nazaret no descubre a Dios en lo conocido, lo habitual, en el “hijo del
carpintero”. ¿Qué excusas ponemos hoy nosotros para no creer en él?
A Jesús le sorprendió su falta de fe. ¿De qué se sorprendería hoy Jesús de nosotros,
de nuestra Iglesia, de nuestro mundo?
¿He experimentado el rechazo por ser fiel a los valores del Reino? ¿Cómo he
reaccionado? ¿Qué puedo hacer cuando encuentre rechazo por el anuncio del
evangelio?
¿Qué hago para que mi fe tenga sentido y consistencia y así vivir más plenamente
mi fe en el Señor?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Dios muchas veces nos desconcierta porque se presenta bajo el
ropaje de lo cotidiano, rompiendo nuestras estructuras y moldes. Por ello es
importante vivir atentos para acogerlo y responderle desde la fe.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo
(Salmo 122)
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: San Vicente recomienda a los misioneros responder con mansedumbre
a quienes nos desprecian o injurian, así nunca perderemos la paz:
“La mansedumbre no solamente nos hace excusar las afrentas e injurias que
recibimos, sino que incluso pide que tratemos mansamente a quienes nos
maltratan, con palabras amigables y, si llegasen incluso a darnos un bofetón, que lo
suframos por Dios; es esta virtud la que produce este efecto. Sí, un siervo de Dios
que la posea, cuando se sienta ultrajado por alguien, ofrecerá a su divina bondad
este rudo trato y se quedará en paz.”
Y nos regala esta oración:
Oh Salvador, pon en nosotros las disposiciones necesarias para sufrir, de la manera
que tú deseas, las persecuciones que tengas a bien enviarnos. Afírmanos en ese
estado bienaventurado que has prometido a las personas afligidas y perseguidas.
Haz que nos mantengamos firmes en la persecución, sin huir ni doblegarnos ante
los ataques del mundo. Te lo pido por el mérito de tus sufrimientos .
Compromiso: Ser presencia de Dios para los demás, especialmente para quienes
rechazan o ridiculizan la fe.
Oración final
Señor Jesús, Tú que experimentaste
el rechazo y el desprecio,
ayúdanos a nosotros, que muchas veces,
sentimos la misma situación,
porque hay personas que no te buscan,
que no les interesa el conocerte y seguirte, porque tienen otro estilo de vida,
porque tus enseñanzas les son muy duras.
Derrama en nosotros tu Espíritu Santo
para no desanimarnos ante los rechazos y desprecios, sino que eso nos fortalezca
aún más,
para anunciarte con valentía, transmitiendo tu Palabra, con nuestra vida y con todo
lo que somos.
Danos Señor, la gracia de ser valientes en la adversidad,
perseverantes en el testimonio y firmes en el anuncio de la verdad, y así manifestar
que Tú
eres todo para nosotros. Amén .
Con permiso de somos.vicencianos.org