EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la decimosexta semana del tiempo ordinario
Libro de Jeremías 3,14-17.
¡Vuelvan, hijos apóstatas -oráculo del Señor- porque yo soy el dueño de ustedes!
Yo los tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión.
Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y
prudencia.
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -
oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se
pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá
a fabricar.
En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén "Trono del Señor"; todas las naciones se
reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y
perverso.
Libro de Jeremías 31,10.11-12ab.13.
¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: "El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño".
Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor, hacia el trigo,
el vino nuevo y el aceite, hacia las crías de ovejas y de vacas.
Sus almas serán como un jardín bien regado
y no volverán a desfallecer.
Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción.
Evangelio según San Mateo 13,18-23.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y
arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla
al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la
acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una
tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las
preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar
fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la
comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".
comentario del Evangelio por
San [Padre] Pío de Pietrelcina (1887-1968), capuchino
Epistolario 3, 579; CE 54
Dar fruto, liberados de las preocupaciones del mundo
Avanza con simplicidad en los caminos del Señor, y no te preocupes. Detesta
tus defectos, sí, pero tranquilamente, sin agitación ni inquietud. Debemos tener
paciencia para con ellos, y sacar provecho de ellos gracias a una santa humildad. Si
te falta la paciencia, tus imperfecciones, en lugar de desaparecer, no harán más
que crecer. Porque no hay nada que refuerce tanto nuestros defectos como la
inquietud y la obsesión de liberarse de ellos.
Cultiva tu viña de común acuerdo con Jesús. Tuya es la tarea de quitar las
piedras y arrancar la cizaña. Pertenece a Jesús la tarea de sembrar, plantar,
cultivar y regar. Pero incluso en tu trabajo, es también él quien obra. Porque sin
Cristo, no podrías hacer nada.
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”