“Todo me ha sido dado por mi Padre”
Mt 11, 25-27
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. TE ALABO, PADRE, SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA
Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado
estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños.
Cuando menciona a los sabios, esta refiriéndose a los fariseos y a los escribas que eran
los intérpretes de la ley, cuando habla de los prudentes, son aquellos que eran
instruidos por los escribas. Así sabio se llama al que enseña y prudente al que aprende.
El Señor llama pequeños o párvulos a sus discípulos, porque los eligió, no de entre los
doctores de la ley, sino de entre la gente del pueblo y los pescadores; los cuales se
llaman párvulos, pequeños o niños, porque no son hombre que tiene en su intención el
hacer daño.
2. LOS PEQUEÑOS Y SENCILLOS, A LOS HUMILDES,
Los más excelsos misterios son revelados a los pequeños y sencillos, a los humildes, es
decir a esos que se tienen por pequeños, pero que en el fondo son los únicos grandes a
los ojos del Padre. Sin embargo lo más secreto del amor del Padre no esta a la vista de
los soberbios, en especial aquellos que tienen por grandes a los poderosos.
Es así como los fariseos y a los escribas, soberbios y autosuficientes, no fueron capaces
de comprender la mesianidad de Jesucristo, sin embargo, sencillos pescadores,
hombres pobres, humildes, exentos de presunción, pero limpios y sanos de corazón
tuvieron el privilegio de ser los amigos íntimos de Cristo.
3. "DIOS SE RESISTE A LOS SOBERBIOS, A LOS HUMILDES LES DA LA
GRACIA " (Stgo 4,6)
Dios no cambia sus modos de obrar; sigue ocultándose a los soberbios y sigue
revelándose a los humildes”. Ciertamente, si Dios valoriza enormemente la humildad, es
porque es algo bueno, y no significa ser humilde no tener auto estima, o no tener ideas
de superación, o no amarse a si mismo. Al contrario, la humildad da mucha fuerza, en
especial porque ella abre las puertas que Dios nos tiene para vivir en el Reino. “Soy
manso y humilde de corazn”, nos ha dicho el Seor.
La humildad tiene una gran importancia en nuestra relación con Dios y con todos los
hombres, el cristiano esta llamado a ser un eterno buscador de esta virtud y vivir con ella
todos los días de su vida temporal.
Y como todo este edificio va fundamentado en humildad, cuanto más nos vamos
acercando a Dios mayor ha de ser esta virtud y si no, todo se viene abajo (Santa Teresa
de Jesus 12, 5; CN 2).
4. TODO ME HA SIDO DADO POR MI PADRE
Dice el Señor: Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre,
y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél
a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Solamente el Padre puede entender y manifestar la profundidad del misterio de Jesús, y
el ha querido abrir este secreto a los humildes (1 Cor 1,26). Jesús es el único que puede
conocer al padre y solo el padre puede conocerlo a El. Jesús se coloca en una
comunión con el Padre totalmente única.
El Hijo vino para dar a conocer al Padre, para esto el nos pide sencillez, humildad en el
corazón, estar vacíos y despojados de nosotros mismos. El ha querido abrir este secreto
a los humildes.
5. GRACIA AMADO JESUCRISTO, POR LO QUE NOS HAS REVELADO
Bendito sea por siempre Señor, porque nos elegisteis a pesar de nuestra miseria
espiritual, para darnos a conocer al Padre, entonces esta dignidad que nos disteis, nos
debe hacer permanecer en humildad, a fin de continuar siendo dignos de ti Señor Jesús
y nos sigas mostrando al Padre. Que esto sea un gran estimulo, para que el
conocimiento del Padre sea en nuestras vida cada vez más intenso, por eso todo los
días de nuestras vidas queremos darte las gracias, por toda tu gran bondad.
Te damos gracia amado Jesucristo, por lo que nos has revelado, por darnos a conocer a
un Padre amoroso; amado Jesús nos has dicho y nos ha mostrado como es de bueno
nuestro Padre, como es de misericordioso con sus hijos, como nos ama y se preocupa
por nosotros, como los santifica por su espíritu, como los eleva por su gracia.
6. TODOS LOS PUEBLOS VENDRÁN, A POSTRARSE EN TU PRESENCIA
Entonces nosotros somos los grandes afortunados porque hemos recibido esa
revelación. Ahora nos corresponde a nosotros responder a todo los que el Señor nos ha
dado y nos da, es así como si queremos penetrar en el amor divino de Cristo, debemos
dejarnos llevar por el amor, por la acción del Espíritu Santo, por eso, no pretendamos
tanto hacer nosotros, como dejarnos llevar por el Espíritu.
Todos los pueblos vendrán, a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre:
"Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios". (Salmo 85 (6))
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el
temor de tu nombre. (Salmo 85 (6))
La paz del Señor sea en su alma